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En medio de las tensiones globales por la disputa comercial entre Estados Unidos y China, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, eligió centrar su atención en el sur del continente. Desde Washington, en el marco de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, elogió el rumbo de la economía argentina y destacó el trabajo conjunto con el Tesoro norteamericano, al que consideró “el principal socio financiero” del país.
“Trabajamos de la mano con las autoridades argentinas y con los socios de Argentina, en primer lugar el Tesoro de los Estados Unidos, por el tamaño de su apoyo, pero también con el Banco Mundial y el BID. Lo hacemos porque vemos un cambio genuino para mejor”, expresó Georgieva en una entrevista con Bloomberg.
La funcionaria enumeró los indicadores que, según el organismo, justifican ese optimismo: la economía argentina pasó de un crecimiento negativo al 4,5% este año, la inflación se redujo “de tres dígitos al 28%” y el déficit fiscal desapareció, dando lugar a un superávit primario. Además, señaló que la pobreza tiende a la baja, lo que, a su juicio, “habla de algo bueno que está sucediendo en Argentina”.
Expectativas de crecimiento y respaldo del FMI
En su último informe, el FMI proyectó que Argentina crecerá 4,5% en 2025 y 4% en 2026, aunque reconoció que el contexto regional muestra señales de desaceleración económica. Georgieva evitó referirse al escenario electoral argentino, de cara a los comicios legislativos del 26 de octubre, pero dejó una frase que buscó marcar distancia de la política local:
“No nos ocupamos de la política. Es el pueblo argentino el que decide. Pero cuando se observa la fortaleza de la posición económica del país, es bueno sostenerlo en ese camino”.
La declaración fue interpretada en los pasillos de Washington como una señal clara de respaldo institucional al programa económico que impulsa el presidente Javier Milei.
Un apoyo ampliado desde Washington
Las palabras de Georgieva coincidieron con un anuncio de alto impacto: el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, confirmó que el paquete de asistencia financiera a la Argentina podría duplicarse, pasando de USD 20.000 millones a USD 40.000 millones.
El programa, precisó Bessent, combina una línea de crédito y una línea de swap de divisas, respaldadas por las tenencias de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Banco Central como garantía. Además, contará con la participación de fondos soberanos y de inversión privados que aportarían capital para comprar deuda argentina.
La maniobra apunta a fortalecer las reservas, mejorar la cotización de los bonos y reducir la percepción de riesgo sobre la economía local. “Felicitaciones a Georgieva por mantener la estabilidad en Argentina mientras Milei trabaja incansablemente para hacer ‘Argentina Grande Otra Vez’”, publicó Bessent en redes sociales, en un mensaje que tuvo repercusión diplomática y política.
Milei: “Este dinero es para pagar deuda”
Desde Buenos Aires, el presidente Javier Milei celebró el anuncio pero negó que el apoyo financiero esté condicionado políticamente. “Este dinero que ingresa es para pagar deuda. La inflación está a la baja, la pobreza también y el riesgo país también. Vamos en la dirección correcta”, afirmó durante una entrevista televisiva.
Sin embargo, en el mismo diálogo dejó una frase que encendió alarmas cuando fue consultado sobre la situación de los sectores que todavía no logran llegar a fin de mes:
“¿Cómo quiere que lo arregle?”, respondió al periodista, generando debate en redes sociales y en la oposición.
Mientras tanto, los mercados reaccionaron con moderado optimismo al anuncio del Tesoro estadounidense y al nuevo respaldo del FMI. Las expectativas de una mejora sostenida dependerán, según analistas, de que la reducción de la inflación y el crecimiento económico se consoliden en los próximos meses.
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