La organización surgió en pandemia, cuando Mónica, una vecina de la capital provincial, vio la necesidad que pasaban los adultos mayores de Río Gallegos que muchas veces no contaban con una familia que los acompañe.

Así, puso manos a la obra en su propia casa y con la ayuda de su familia para hacer pan casero que empezó repartiendo a unos pocos. Luego, su iniciativa se fue extendiendo y hoy ya alcanza a unas 18 personas de mayor edad y edades avanzadas que, muchas veces, no se toman tan en cuenta o suelen ser invisibilizados.

Por eso, cada viernes hace pan y reparte a quienes más lo necesitan. Además, de cara al invierno, reúne caloventores abrigos, todo lo que pueda ser útil para afrontar las crudas heladas en la ciudad y que afectan a los más vulnerables.

Tiempo atrás, previo a la Navidad, Mónica lanzó la campaña de canastas navideñas que exitosamente se pudo dar con la colaboración de la comunidad y que entregó en persona a unas 20 personas de distintos barrios.

Pero hoy, la vecina necesita ayuda para poder seguir colaborando con los adultos mayores. “Seguimos realizando todos los viernes el pan solidario, pero a veces se nos dificulta seguir con la actividad por falta de ingredientes”, contó a La Opinión Austral.

Mónica contó que “estoy solicitando donaciones para seguir realizando el pancito solidario en este último viernes, también me encargaron ropa de abrigo o caloventores eléctricos para este invierno”.

Mencionó que la situación económica está difícil y que necesita de colaboración porque, al momento, todos los gastos corren por su cuenta.

“Lamentablemente me veo en obligación de pedir ayuda ya que todo estos meses estuve yo mismo solventando los gastos, pero ahora se me complica, más con la suba del gas también”, señaló la vecina.

A Mónica la ayuda sólo su familia, por lo que el tiempo también es vital para poder acompañar la actividad solidaria. Lo que hoy está necesitando es levaduraharinaazúcarsal y semillas. Para tal fin, se pueden comunicar a su teléfono celular al (2966) 53-2762.

Además, contó que si alguna persona sabe de algún adulto mayor que necesite asistencia y sea mayor de 60 años, envíen sus datos para poder colaborar.

Mónica apela a la solidaridad que caracteriza a Río Gallegos para continuar con la actividad que surgió cuando ella misma vio esa necesidad y no quiso mirar a otro lado.

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