En los últimos días, a través de las redes sociales se difundió la búsqueda de varias tortugas terrestres argentinas que se habían perdido y que diariamente conviven, como mascotas, en las casas de familias de Río Gallegos.
La repercusión de las publicaciones de reptiles perdidos evidenció que existe un buen número de vecinos que los tienen en sus hogares.
Al respecto, la directora de Fauna del Consejo Agrario Provincial, Amanda Manero, explicó a La Opinión Austral: “Las tortugas están adaptadas al lugar en el que naturalmente viven, que es la zona norte y centro de nuestro país. Como distribución más austral, llegan a la zona norte de la provincia de Chubut”.
Las altas temperaturas de la época de verano favorecen la huida de estos reptiles
En este marco, la funcionaria agregó que “no existen en Santa Cruz naturalmente, no han venido solas, las que están en la provincia han sido traídas por el hombre, por el tráfico ilegal, así se denomina al tráfico que trajo a estas tortugas a sabiendas o por desconocimiento hace ya 20 o 30 años”, subrayando que “se trata de animales muy longevos”.
Cuando calienta el sol
Con respecto a si existe algún factor que pueda haber causado la repetitiva huida de las tortugas en los últimos días, expuso que “es estacional, tiene que ver con la época reproductiva, están en un momento de muchísima ebullición y salen a buscar pareja. A pesar de que tengamos la idea de que son muy tranquilas y quietas, son animales que se mueven bastante. Dos o tres días de calor hacen que se manifiesten muy inquietas, se ponen muy activas y cuando te descuidás, se escapan”.
Cabe recordar que durante la semana pasada la temperatura superó los 20° durante al menos dos jornadas. “Les está jugando a favor los días de alta temperatura. Los reptiles necesitan la temperatura del ambiente, necesitan este calorcito que los activa y cuando los activa, se reproducen”, señaló.
“Pancho” huyó en Navidad y fue hallado a una cuadra de la vivienda
Asimismo, estos reptiles “los sonidos y las vibraciones las sienten y las escuchan”, indicó consultada sobre los ruidos que provoca la pirotecnia.
Posiblemente lo que sucedió con “Pancho” fue que se encontraba en época reproductiva. Tras una calurosa jornada de Nochebuena, la tortuga macho aprovechó que la puerta de calle de la vivienda del barrio Fátima estaba abierta y escapó el día de Navidad.
Reencuentro
La familia de Carlos (80), quien hace una década tiene a “Pancho” como mascota, comenzó a pedir colaboración a la comunidad a través de las redes sociales para dar con la tortuga, que finalmente se reencontró con su dueño este lunes.
El reptil se había trasladado apenas una cuadra y cuando un conductor lo vio, se detuvo para trasladarlo a la vereda. Otro vecino se encargó de llamar a Control Animal, donde lo tuvieron hasta este lunes, cuando finalmente se reencontró con Carlos.
“Las tortugas no tienen que ser compradas ni traídas como mascotas a la provincia de Santa Cruz, hay que dejarlas vivir en su ambiente, además es una especie vulnerable. Desde el punto de vista del estado de la población, el número de individuos reproductivamente hábiles es muy pequeño, por eso están en peligro de extinción, trayéndolas como mascotas no ayudamos a la perpetuidad de la especie”, explicó Manero.
Reconoció además que “la gente se encariña con estos animales. No niego que haya gente que los tenga muy bien, pero no corresponde tenerlos, no son domésticos y no se pueden reproducir de una manera natural”.
Registro
Manero adelantó que desde la dirección iniciarán un registro de personas que tienen tortugas en sus viviendas y “quienes no la quieran tener más, las puedan dejar en algún sitio donde se puedan enviar al lugar de origen o buscar una manera de tener un lugar donde se puedan rescatar”.
Cabe recordar además que la fauna silvestre está protegida por la ley (22.421) que cuida las especies en peligro de extinción, regula la caza y controla el medioambiente en el que viven. Además, a nivel provincial existe la ley de Fauna 2373 y sus modificatorias 3367 y 3315.
“Nuestra intención no es aplicar multas, buscamos acordar y que las personas puedan ser multiplicadoras de información, que esto sea un acto de educación ambiental. Apelamos a la honestidad, no todo el mundo quiere comentar que tiene tortugas en su casa”, indicó.
En este sentido, desde la dirección buscarán brindar “una capacitación para que la gente sepa que no debe traerlas y prevenir estas situaciones para que no tengamos que incurrir en un trabajo, un costo y una situación que traumatice al animal”.
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