Este miércoles la Secretaría de Energía de la Nación emitió una nueva resolución (N° 93/2024), que reemplaza a la que se emitió a fines de marzo, fijando el nuevo precio PIST del m3 de gas y ordenando al Enargas a realizar un nuevo cuadro tarifario con su impacto en la distribución y el transporte. La misma da el puntapié inicial a la quita gradual de subsidios a la clase media y baja del país.

Pero esto se da en un contexto donde el consumo de gas se profundiza, con un invierno que amenaza ser uno de los más duros de la última década. En mayo se dieron temperaturas que, en algunas zonas del país, habría que remitirse a 2007 para encontrarlas.

Este “adelantamiento” de la estación más fría del año presiona sobre el consumo, ese consumo presiona, vía subsidios, sobre las arcas de la Nación y esta impone el Excel y aplica el ajuste por el lugar que le llega el “gasto”, sin contemplaciones.

Un estudio realizado en su momento da cuenta de que la calefacción es el mayor consumo energético en los hogares, que representa más del 40% del total, seguido por el agua caliente, que se lleva alrededor del 17%. El año pasado el consumo promedio residencial de gas en los tres meses invernales (junio, julio y agosto) superó en casi un 20% el promedio anual. En el mes de mayo, debido a la crudeza de las temperaturas, la demanda estuvo 30% por encima del promedio para esta época del año.

Zona Fría: “Los usuarios de gas natural reciben un descuento de hasta 50%”.

Frente a la falta de gas suficiente, el Gobierno debió comprar a último momento 10 barcos de gas natural licuado para inyectar en la terminal de Escobar, con un alto desembolso en dólares, que no había contemplado inicialmente. Esto desterró la “tregua” que el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, había anticipado hasta septiembre para la nueva Canasta Básica Energética (CBE), que traería aparejada la quita de los subsidios a la mayoría de los argentinos. En una abrupta decisión, el Gobierno dejó de lado la CBE, pero avanzó en la quita de los beneficios.

Más presión

La Secretaría de Energía confirmó que se mantiene la asistencia estatal a un grupo de beneficiarios. Y entre ellos los regímenes específicos como Zona Fría y la Tarifa Social destinada a un grupo de beneficiarios de la ANSES, las que continúan vigentes.

Sin embargo, se abre el interrogante de cuál será el porcentaje a aplicar en el mal llamado “subsidio” por la Zona Fría. La ley que crea el mismo a través de un Fondo Fiduciario dice que el descuento para los usuarios alcanzados será “hasta el 50% del gasto en el consumo”. Ese “hasta” transforma el 50% en un techo y no en un porcentual fijo.

La resolución de Energía marcó un precio “bonificado” por Zona Fría sólo para usuarios N3.

En la resolución, cuando se marca el precio “excedente” que los usuarios N2 y N3 deben pagar, que se hace a valores plenos, se aclara sólo para los usuarios de bajos ingresos un valor diferencial bonificado por la Zona Fría. Diferencial que no se hace ni para los usuarios de altos ingresos ni los de clase media.

Esta decisión es llamativa, toda vez que el “descuento” por Zona Fría se debe realizar sobre el total de los m3 consumidos, más allá del precio que este tenga. ¿Se viene una nueva modalidad para aplicar el beneficio?

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