El espíritu aventurero de Paula Ocampo la llevó a una transformación radical en su vida, abandonando la rutina por las rutas de Argentina y más allá. Junto a su hija Indiana, se embarcaron en un viaje de descubrimiento y libertad a bordo de un motorhome adaptado por ella misma. Sin embargo, lo que prometía ser una travesía continua se vio detenida en seco por un imprevisto mecánico, dejándolas varadas en El Bolsón durante un año.

Desde la comodidad de un hogar tradicional hasta la libertad de la ruta, Paula relató su cambio de paradigma: “Ya no volví a la vida tradicional“. Su licenciatura en Comunicación Social quedó en segundo plano cuando decidió seguir su instinto viajero, renunciando a su empleo para abrazar un estilo de vida nómada. Aunque el encierro pandémico supuso un desafío, Paula aprovechó el tiempo para prepararse mejor para futuras travesías, con El Bolsón como inesperado punto de partida.

El plan inicial de dirigirse a Europa se vio truncado por el estallido del Covid-19 mientras estaba en Buenos Aires. Decidida a seguir adelante, Paula optó por adaptar su propia camioneta en un motorhome funcional, asegurando las necesidades básicas para ella y su hija.

“Volví a Buenos Aires, de donde soy oriunda con la idea de irme a Europa. Mi hija tenía año y medio y hasta los 2 no paga boleto en avión así que cerraba por todos lados. Pero cuando estaba allí en Banfield, de donde es mi familia, estalló lo del Covid y me tuve que quedar. Entonces me propuse armar mi propio motorhome, porque me decía a mi misma ‘tengo que irme con las necesidades básicas resueltas, cama para mi hija, cocina para darle de comer’”, expresó Paula en diálogo con LM Cipolletti.

Veo que depara el destino“, reflexiona Paula, mientras relata su incursión en el mundo del motorhome, aprendiendo sobre mecánica y conectando con comunidades de viajeros en línea. “Me hice bastante amateur y aficionada del tema, participando en foros en Facebook, en grupos de chats, se abrió un mundo nuevo para mí. No había tenido previamente ni camioneta ni auto y esta tiene el gustito de que la armé yo, le compré los asientos, etc. Conocí mucha gente, incluso buscando equipamiento me contactó una empresa para vender equipamiento solar”, comentó

Finalmente decidimos arrancar y volver a Santa Cruz, donde había nacido Indiana (en Puerto Deseado). Estuvimos como 2 meses allí, pasé mi cumple incluso en Puerto Madryn. Suelo quedarme bastante en cada lugar, tenía como rutina no hacer más de 100 ó 200 kilómetros por día, mi lema es viajar lo más lento posible, parar un día o dos”, agregó.

Los primeros viajes fueron pruebas de fuego exitosas, pero el destino tenía otros planes. Un problema mecánico en Sarmiento, a 600 kilómetros de su destino, las dejó en una encrucijada. Con determinación y adaptabilidad, Paula y Indiana continuaron su viaje en transporte público, estableciéndose temporalmente en El Bolsón gracias a la generosidad de extraños convertidos en amigos.

El año en El Bolsón ha sido una montaña rusa de emociones y desafíos. Desde la incertidumbre de la avería del motorhome hasta la búsqueda de alojamiento y trabajo en un entorno nuevo, Paula ha demostrado una fortaleza inquebrantable. Aunque el futuro de su vehículo sigue siendo incierto, Paula no pierde la esperanza de volver a la carretera con su hija.

“En el medio van surgiendo problemas mecánicos por más que antes de cada viaje suelo llevarla al mecánico y le digo ‘hacele todo lo que tengas que hacerle’. Hay pavaditas que una logra resolver sobre la marcha, por ejemplo en Uruguay tuve que conectar el negativo de la batería. Pero esta vuelta se nos complicó. Desde Puerto Deseado la idea era venir por la ruta 40 a El Bolsón, que en junio del año pasado era el cumple de Indiana así lo pasaba con su papá. No daba para seguir por la ruta 3, ya era invierno, no quería viajar por la nieve. Lamentablemente llegando a Sarmiento, a 600 kilómetros de acá, se rompió la camioneta”, recordó.

Y comentó: “Arreglarla, pero cuesta 20 millones de pesos, que no los tengo. Estoy viendo, entonces, la posibilidad de venderla o mutarla por alguna más vieja pero más grande”.

Mientras tanto, aprovechan al máximo su tiempo en El Bolsón, explorando la naturaleza y sumergiéndose en nuevas oportunidades. Paula vende juguetes didácticos de madera y ha incursionado en el canto, demostrando una vez más su capacidad para reinventarse en cualquier situación. Con su espíritu inquebrantable y su determinación, Paula e Indiana están listas para enfrentar lo que sea que les depare el camino.

Sigo analizando la posibilidad de continuar viajando. El mundo es tan grande, quiero ver que hay más allá, la nena recién arranca primer grado el otro año y es el momento ideal para volver a la ruta. Siempre busco razones para que algún lugar me atrape”, sostuvo.

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