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“Lo único que podemos hacer por el momento es esperar. Esperar a que pise el palito” indicó una alta fuente investigativa a La Opinión Austral, en relación a la desaparición de una adolescente y de su padrastro que, desde hace una semana y media, fueron vistos por última vez.
Se trata de la causa de Nayelly García Servín, de quince años y de Juan Ignacio Esteban Apaza, de treinta y dos años quienes, el miércoles 23 de octubre fueron vistos por última vez. Tal como lo informó La Opinión Austral, una cámara de seguridad mostró a la adolescente de subiendo voluntariamente a la camioneta Ford EcoSport que, a prima facie, sería conducida por su padrastro.
El paradero de ellos es desconocido y tanto la Justicia como las fuerzas de seguridad trabajan incansablemente con el fin de encontrarlo. En paralelo, la comunidad de Pico Truncado se ha unido para exigir a las autoridades respuestas sobre el paradero de la menor.
Por eso se han hecho allanamientos en busca de elementos que dieran cuenta de alguna pista que indique a donde podrían encontrarse la menor y el hombre. Una cámara de seguridad captó a la camioneta en La Pampa y los primeras hipótesis es que ellos estarían viajando al norte del país.
“Ellos tenían todo planeado” indicó Arcenia Servín, madre de Nayelly, sobre el presunto plan que tenían la menor y el padrastro en los días previos a la desaparición de ambos. Lo curioso de este caso es que en septiembre pasado, la mamá de la menor los había encontrado a ambos en una “situación comprometedora“, aseveró.
Fuentes judiciales consultadas por La Opinión Austral indicaron que, por aquellos días, la Justicia había iniciado una causa por abuso sexual simple contra Apaza que tenía como víctima a Nayelly. En ese sentido, se pudo saber que ella desapareció el día anterior a ser sometida a una cámara gessell.
Por eso, por estas horas, se maneja la hipótesis que Apaza aprovechó el estado de vulnerabilidad de la adolescente, la engañó y escaparon; posiblemente para lograr su impunidad. Además de la denuncia por abuso sexual simple, ahora fue imputado por “privación ilegítima de la libertad“.
En las últimas horas, también, la Justicia ordenó una serie de allanamientos en locales comerciales de Apaza y de un domicilio donde llegaron a secuestrar hasta una sábana que tendría restos biológicos, tanto de la víctima como del acusado.
Apaza es un “especialista” en la tecnología y por eso se presume que no dejaría rastros para que sepan de su ubicación. En el mismo sentido, se desconoce si él o ella se habrían comunicado con algún tercero por alguna vía alternativa.
Desde la Justicia indicaron que están vigentes todas las alertas como por ejemplo la de Interpol. Además se está a la espera de detectarse algún indicio a través de los rastreos de dispositivos secuestrados en los allanamientos. De todas formas, se está en una etapa de mucho hermetismo para evitar cualquier filtración que pueda llegar a impedir la localización.
Por otro lado, una alta fuente policial que ha trabajado en casos similares en el pasado, y que se encuentra abocado a la búsqueda de Nayelly habló con este diario y dijo: “el caso está difícil. La única que nos queda es agotar todas las instancias, algo más va a surgir. Yo creo que es solo esperar, ya con la experiencia que tengo de 18 años que llevo, creo que es la espera más que nada. Hay que ser paciente, yo tenga fe que esto va a llegar a buen puerto”. Lo cierto es que la desaparición de Nayelly caló hondo y hay toda una provincia en vilo esperando por su aparición
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