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Arcenia Lezcano Servin, madre de Nayelly Lujan García Servin, vive un drama familiar y económico desde que su hija, de 15 años, desapareció en Pico Truncado junto a Juan Ignacio Esteban Apaza, su exesposo. Esta situación no solo la dejó con una angustiosa búsqueda, sino también con graves dificultades económicas y un comercio clausurado.

Según el relato de Lezcano a FM Las Heras 92.1, enfrenta una situación crítica: no tiene trabajo, carece de ingresos y carga una deuda bancaria de más de 1,6 millones de pesos, agravada por el cierre de su negocio de venta y reparación de celulares en la avenida Rivadavia. Además, señaló que, pese a solicitar apoyo, no recibe asistencia del Estado ni de las autoridades municipales, ni en lo psicológico y tampoco en lo económico.

 

Desde la denuncia que presentó en septiembre tras descubrir una relación entre su esposo y su hija, la vida de Arcenia dio un giro desgarrador. La última vez que vio a Nayelly fue el 23 de octubre, cuando la llevó a su clase de inglés en la zona rural de Pico Truncado. Poco después, la adolescente subió a un vehículo junto a Apaza y desde entonces no se sabe su paradero. Ante esta situación, la policía activó la Alerta Sofía, pero Lezcano cuestiona que la medida se haya implementado “cuatro días tarde, dándoles tiempo para escapar”, en sus propias palabras.

Una madre sin respuestas y con serias necesidades

Lezcano también expresó su descontento con las autoridades al calificar los allanamientos realizados como “un circo”. Según ella, el fiscal y la policía solo la han mantenido “parcialmente informada”, lo que le generó una gran frustración. “Lo que vivo es de no creer, es como una doble cachetada; estoy sin trabajo, sin dinero, y con tres hijos pequeños que dependen de mí”, manifestó entre lágrimas.

A esta situación se sumó la clausura de su negocio, el único ingreso familiar, debido a problemas de habilitación municipal según la Ordenanza 292/89 y la tarifaria 2087/24. El cierre, efectuado por el intendente, Pablo Anabalón, junto al Ministro de Seguridad, Pedro Prodromos, incluyó una notificación por “violencia de género”, lo que, según Lezcano, carece de relación con la clausura del comercio. “Intento hablar con el intendente para ver si me permite reabrirlo, pero nunca lo encuentro y no responde a mis llamados”, denunció.

Una fuga planeada y la sombra de la traición

La desaparición de Nayelly y Apaza dejó a la comunidad de Pico Truncado en estado de shock. Vecinos y allegados se preguntan si la joven fue llevada contra su voluntad o si la fuga fue acordada. Arcenia sospecha que el plan estaba armado desde hace tiempo: Apaza habría comprado una nueva camioneta y manipulado a Nayelly para escapar.

“Todo esto es desgarrador; nunca sospeché que algo así pudiera ocurrir. Mi hija era una adolescente que vivió con su abuela en Paraguay hasta hace año y medio, cuando tuve que traerla a Santa Cruz debido al deterioro de salud de mi madre”, explicó Lezcano. Tras la muerte de la abuela en febrero de este año, Nayelly enfrentó la pérdida de su figura materna, lo que podría haber influido en su estado emocional y su relación con Apaza, analiza la mamá.

Mientras enfrenta una situación de vulnerabilidad económica y emocional, Arcenia sigue buscando la forma de mantener a sus tres hijos, de 5, 7 y 11 años, quienes dependen exclusivamente de ella. La madre pidió apoyo a las autoridades locales y provinciales para poder cubrir sus necesidades básicas y estabilizar su situación. “Es una realidad insoportable, solo quiero trabajar o que me permitan reabrir mi negocio para no sentir que les fallo a mis hijos. No he recibido apoyo en ningún aspecto, y ya no sé a quién recurrir”, lamentó.

Mientras tanto, la investigación por la búsqueda de Nayelly y el pedido de captura internacional de Apaza sigue en curso y nadie donde saben donde están.

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