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Durante el fin de semana, personas desconocidas ingresaron a un local comercial, propiedad de un hombre que es intensamente buscado por la Policía y la Justicia de Santa Cruz, acusado de raptar a su propia hijastra.
El robo se descubrió este lunes, alrededor de las 17 horas, cuando Arcenia Servín, madre de Nayelly García y quien actualmente está a cargo del negocio, se acercó hasta el establecimiento de Rivadavia 240, en Pico Truncado. La mujer había ido a retirar algunos objetos personales y, al ingresar al local, se encontró con una escena desoladora.
Personas desconocidas lograron ingresar al lugar durante el fin de semana, aprovechando la ausencia de actividad comercial, ya que el local está cerrado desde el 31 de octubre, tras un allanamiento realizado en el marco de la investigación por la desaparición de Nayelly. Los delincuentes rompieron los vidrios de un ventiluz ubicado a tres metros del suelo, que conecta con un predio contiguo donde antes funcionaba un lavadero de autos. Esta apertura permite el acceso directo desde la calle Belgrano, una zona poco custodiada, lo que habría facilitado la entrada de los ladrones.
Una vez dentro, la madre de Nayelly constató el saqueo: se llevaron una gran cantidad de teléfonos celulares de diferentes marcas, tanto nuevos como aquellos que estaban en proceso de reparación. Además, faltaban varias herramientas de trabajo y otros aparatos electrónicos que el negocio utilizaba. Aunque no se pudo precisar la marca y la cantidad exacta de los objetos sustraídos, la magnitud del robo es evidente.
La policía, a través de efectivos de la Comisaría Primera y Criminalística, intervino rápidamente en el lugar. Según fuentes policiales, se están realizando las investigaciones correspondientes para dar con los responsables del robo.
Desde el día de la desaparición de la joven, Juan Ignacio Esteban Apaza, padrastro de Nayelly, es señalado como el principal sospechoso del caso. Apaza, quien está prófugo de la justicia, es buscado por la policía desde hace semanas.
El local de celulares, que antes de la desaparición de Nayelly era un centro de operaciones comercial para Apaza, está siendo investigado a fondo. Desde el allanamiento del 31 de octubre, en el cual se secuestraron varios elementos de interés para la causa, las actividades del comercio se encuentran suspendidas.
Mientras tanto, la familia de Nayelly continúa con la esperanza de encontrarla sana y salva, y las autoridades siguen trabajando en la reconstrucción de los hechos. La desaparición de la menor sigue siendo el eje de atención en la ciudad, y el robo en el negocio de Apaza es otro capítulo que agrega más incertidumbre y complicaciones a un caso que ya se encuentra en su mes de búsqueda intensiva.
El caso de Nayelly García Servín sigue siendo un tema central de preocupación en Pico Truncado, mientras se espera que la justicia logre esclarecer no solo su paradero, sino también los oscuros entramados que rodean a los implicados en su desaparición
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