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La justicia de Santa Cruz cerró un capítulo oscuro en la localidad de Comandante Luis Piedra Buena. Rubén Domínguez, un pastor evangélico que durante años se presentó como guía espiritual, fue condenado a nueve años de cárcel por abuso sexual con acceso carnal. El fallo, emitido el martes pasado, confirmó lo que los vecinos ya sospechaban: detrás del púlpito se escondía un delincuente.

El caso conmocionó a la tranquila localidad santacruceña cuando, en diciembre del 2021, Domínguez fue detenido por orden del Juzgado de Primera Instancia en lo Criminal de Puerto Santa Cruz, a cargo de Noelia Ursino. La investigación se inició tras una denuncia por abuso sexual, un delito que sacudió los cimientos de una comunidad donde la confianza en los líderes religiosos suele ser inquebrantable.

Pero lo más impactante fue la reacción social. Una semana antes de su arresto, las calles de Piedra Buena se llenaron de vecinos que, en una marcha espontánea, exigieron justicia. Incluso otros pastores evangélicos —en un gesto poco común— repudiaron públicamente los actos de Domínguez, marcando distancia para no ser asociados con semejante aberración.

El debate oral, celebrado en las últimas semanas en Río Gallegos, fue contundente. El tribunal de la Cámara Oral, integrado por los jueces María Alejandra Vila, Jorge Yance y Marcelo Bersanelli, evaluó las pruebas y no tuvo dudas: Domínguez es culpable. La pena de nueve años de prisión reflejó la gravedad del delito y también el mensaje de que nadie está por encima de la ley, ni siquiera quienes se escudan en la fe para cometer atrocidades.

EN ESTA NOTA Abuso pastor-abusador

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