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Una creciente sensación de zozobra sacude a Comandante Luis Piedrabuena, luego de una madrugada de terror en la que algunos locales comerciales del centro fueron blanco de una serie coordinada de robos y tentativas. La audacia de los delincuentes, que operaron con una tranquilidad inusual a plena noche, ha puesto en alerta a vecinos y fuerzas de seguridad, reviviendo el debate sobre la protección del pequeño y mediano comercio en la localidad.
La seguidilla de hechos delictivos se concentró durante la madrugada de este viernes , afectando puntos clave, algunos de ellos ubicados en pleno centro de la ciudad. Los investigadores, junto con el personal de criminalística, ya se encuentran realizando los peritajes correspondientes en cada uno de los sitios atacados para intentar dar con el o los responsables de este asedio nocturno.
Según pudo saber La Opinión Austral, uno de los golpes más significativos se perpetró en la Verdulería El Nica, un conocido local ubicado en calle Gregores.

Según lo que pudo reconstruir este medio, el ingreso del malviviente, identificado como un individuo de sexo masculino, se registró aproximadamente a las 4:30 de la mañana. El acceso fue a través de la puerta lateral del local.
Lo que sorprende de este caso no es solo la hora, sino el tiempo que el sujeto se tomó para concretar el robo. Se estima que permaneció dentro del establecimiento por cerca de 45 minutos. Este lapso le permitió seleccionar con total calma qué llevarse y, sobre todo, enfocarse en la caja. El ladrón, pese a que no lograba abrirla inicialmente, forcejeó hasta conseguir su cometido, sustrayendo el dinero en efectivo que allí se encontraba.
El botín incluyó una importante suma de dinero en efectivo junto con una gran cantidad de mercadería: desde bebidas alcohólicas y fiambres hasta golosinas como alfajores. El perjuicio total para los propietarios, sumando el efectivo y el valor de lo sustraído, ascendería a unos 250.000 pesos, una cifra considerable que impacta directamente en la economía de un negocio familiar.
Las cámaras de seguridad del lugar captaron el accionar del ladrón, que sabía de su existencia. Según los testigos, el sujeto tenía su rostro cubierto casi en su totalidad. En un intento que parece sacado de un manual de despiste, el individuo incluso se habría cambiado de campera dentro del local comercial antes de retirarse por el sector lateral, buscando confundir a las autoridades.

La quiniela

La ola de robos no se detuvo allí. Previamente, se había dado a conocer el robo ocurrido en la Quiniela de calle San Martín. De este punto neurálgico para muchos vecinos, los delincuentes lograron llevarse tecnología vital para el funcionamiento del negocio, incluyendo un televisor de 43 pulgadas, un monitor y un postnet. También se registró un intento de robo de dinero en efectivo, reflejando que el objetivo principal era el lucro rápido.

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