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La tranquila comunidad de Puerto Deseado sigue conmocionada tras conocer el lamentable fallecimiento de un bebé de apenas ocho meses, quien habría muerto debido a un accidente doméstico ocurrido hace más de dos semanas.

El suceso conmovió a la localidad portuaria y, con el paso de los días lo que generó fue incertidumbre. Es que, a dieciséis días del lamentable episodio, no hay nuevas directivas por parte del magistrado interviniente y los restos de la criatura todavía no fueron entregados a sus padres para que le den sepultura.

Tal como lo informó La Opinión Austral en su momento, el incidente ocurrió en una vivienda ubicada en la calle Alfredo Galiment 1400 en las afueras de la localidad, en los primeros minutos del viernes 26 de junio pasado. La pareja de jóvenes, de 18 y 20 años, estaba bañando a su hijo cuando, según relataron posteriormente en el hospital, el bebé se les cayó en la ducha.

Poco después de lo sucedido, los padres se dirigieron al hospital y explicaron a los profesionales de la salud lo que había ocurrido. A pesar del esfuerzo de los médicos, la muerte del bebé fue confirmada minutos después.

El caso fue detectado por un oficial de policía que se encontraba en el centro asistencial realizando tareas adicionales. Como la médica no pudo certificar fehacientemente la causa de la muerte del bebé —además de que presentaba hematomas—, se dio intervención al Juzgado de Instrucción Penal N°1 de la localidad portuaria, que estaba siendo subrogado por la magistrado Jésica Hernández durante el receso invernal.

Según pudo saber este diario, la Justicia dispuso que el personal de la Comisaría Primera, junto con agentes de Criminalística, realizara una inspección ocular en la vivienda de la calle Galiment para buscar elementos de interés que pudieran ayudar a determinar lo sucedido antes de que se certificara la muerte del menor.

Con el paso de los días, la Justicia además ordenó el secuestro de los teléfonos de los padres que serán sometidos a los peritajes correspondientes en el área de Apoyo Tecnológico Zona Norte de la Policía de Santa Cruz.

Por el caso, hasta el momento, hay un completo hermetismo. Cabe recordar que los padres debieron fijar domicilio por la causa de “muerte dudosa”.

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