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Una publicación en redes sociales encendió las alarmas entre los vecinos de la ciudad de Río Gallegos al exponer un presunto caso de grooming, el delito que involucra el acoso sexual hacia menores de edad a través de medios digitales. La denuncia, aunque informal, llegó acompañada de un pedido urgente: identificar a un hombre apodado “Cholo”, quien habría contactado de forma insistente y alarmante a una niña de tan solo 12 años.
El mensaje fue difundido por una mujer que, visiblemente preocupada, expresó en su perfil de la red social Facebook: “Con mi familia queremos saber si alguien conoce a este señor que se apoda ‘Cholo‘ o al menos avisarles que tengan cuidado con él. No sabemos cómo consiguió el celular de mi hermana, pero se le repitió varias veces que deje de llamarla o mandarle mensajes”.
Según la publicación, el sujeto habría solicitado fotos de la menor, en un contexto claramente inapropiado. Aunque no se adjuntaron capturas de los mensajes —porque la niña, asustada, los habría borrado—, sí se difundió una imagen del intercambio que mantuvo el padre con el supuesto acosador, cuyas respuestas, según relatan, “no son normales”.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, se pudo saber que la joven tiene 12 años y, tal como se subraya en el mensaje original, el hombre fue advertido de su edad, sin embargo, insistió en sus contactos. “Ya se le había advertido que deje de molestar y la edad que tenía mi hermana”, se lee en el texto, que rápidamente fue compartido por decenas de vecinos preocupados por la posibilidad de que otras chicas estén siendo víctimas del mismo individuo.
Hasta el momento, no trascendió si la familia realizó una denuncia formal ante la policía o la Justicia. Tampoco se difundieron mayores datos sobre la identidad del presunto agresor ni sobre el contenido exacto de los mensajes.
La publicación vino acompañada con una captura de una conversación del padre de la preadolescente y la tímida defensa del señalado. En la misma, el padre de la presunta víctima le pide “por las buenas” que no moleste más a la menor y el acusado pide perdón y asegura ser “bien ubicado“.
El grooming, según la ley 26.904, es un delito penal en Argentina y se castiga con penas que van de seis meses a cuatro años de prisión. Consiste en el contacto intencional por parte de un adulto con fines de cometer algún delito contra la integridad sexual de un menor. En la mayoría de los casos, el abordaje comienza con mensajes aparentemente inocentes que, con el tiempo, derivan en pedidos de fotos íntimas, encuentros o amenazas.
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