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Un vehículo quedó atascado en el barro en una zona turística ubicada en las afueras de la ciudad de Puerto San Julián y agentes de la Unidad 3 de Bomberos de la Policía de Santa Cruz debieron asistirlo para que pudiera salir del barro.

El aviso llegó en las primeras horas de la madrugada, cuando el conductor, cuyo nombre no fue difundido, perdió el control del vehículo al intentar maniobrar en un sector anegado por las recientes lluvias. En esta región, donde el clima puede cambiar en cuestión de minutos y los caminos secundarios suelen convertirse en trampas de barro, el riesgo era evidente. El auto estaba hundido hasta los ejes; cualquier movimiento en falso podía hacer que se inclinara o quedara totalmente inmovilizado.

Según pudo saber La Opinión Austral, con recursos limitados pero con la experiencia que dan años de servicio en una de las zonas más hostiles del país, los rescatistas desplegaron una soga de arrastre y, tras varios intentos, lograron sacar el Corsa hacia un terreno firme. No hubo heridos, pero el susto quedó latente. Un vehículo atascado a kilómetros de la civilización, con temperaturas bajo cero o animales sueltos, puede ser un problema grave.

El tramo donde ocurrió el incidente es parte del famoso Circuito Costero de Puerto San Julián, un recorrido turístico que atrae a aventureros por sus paisajes agrestes y su vista al mar. Sin embargo, como bien saben los locales, su encanto es engañoso: la falta de señalización en algunos sectores, los caminos sin asfaltar y las repentinas lluvias lo convierten en un desafío hasta para conductores experimentados.

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