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En una jornada que parecía transcurrir con tranquilidad, un llamado al 101 activó el protocolo de emergencia de la División Cuartel Dos de Bomberos en Río Gallegos. La alerta, proveniente de la calle Cochabamba —ubicada en pleno barrio Belgrano—, advertía sobre una contingencia eléctrica que podía derivar en un principio de incendio. La respuesta no se hizo esperar: una dotación se movilizó de inmediato hasta el domicilio señalado, donde se constató la presencia de un cortocircuito en el pilar de luz de una vivienda particular.
La escena, si bien controlada, no dejaba de ser riesgosa. Según explicaron fuentes del cuerpo activo de Bomberos, el pilar eléctrico presentaba cables energizados que generaban chispazos intermitentes y representaban un serio peligro tanto para los habitantes de la casa como para los vecinos inmediatos. Gracias a la formación técnica del personal interviniente y a la eficacia del protocolo aplicado, los efectivos lograron aislar con éxito el sistema afectado, evitando una eventual descarga o incendio estructural.
No se registraron personas heridas ni daños materiales de consideración, pero la situación volvió a poner en foco un problema recurrente en numerosos barrios de la capital santacruceña: las instalaciones eléctricas deficientes y la falta de mantenimiento en pilares domiciliarios, muchas veces expuestos a condiciones climáticas extremas, sobrecargas o conexiones informales.
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