Your browser doesn’t support HTML5 audio

La tarde del miércoles en Río Turbio estuvo marcada por un operativo de emergencia que, gracias a la rápida intervención de Bomberos de la Policía de Santa Cruz, evitó que un principio de incendio se transformara en un siniestro de mayor magnitud. El hecho ocurrió en el Barrio Los Lupinos, una zona residencial de la Cuenca Carbonífera donde varias viviendas se encuentran construidas de manera contigua, situación que suele incrementar el riesgo de propagación ante contingencias de este tipo.

De acuerdo con la información oficial, la División Cuartel IX fue alertada sobre la presencia de humo y posibles llamas en una vivienda ubicada en Los Lupinos Nº174. En respuesta al llamado, se movilizó una dotación integrada por dos efectivos y una autobomba Ford Cargo 1722, equipada para intervenciones rápidas en escenarios urbanos.

Al arribar al domicilio, los bomberos constataron que el foco ígneo se desarrollaba en un pasillo que conectaba sectores internos de la vivienda. Allí, el fuego estaba afectando un conjunto de maderas y había alcanzado el entretecho, comprometiendo también parte de un departamento adyacente. Debido a la cercanía entre construcciones y al material predominante en este tipo de casas, la posibilidad de que las llamas se expandieran era elevada.

El equipo actuó de inmediato desplegando una línea de ataque para contener y sofocar el incendio. Según el informe preliminar, la causa del siniestro fue una contingencia eléctrica ocurrida en el entretecho, un problema recurrente en zonas donde las instalaciones antiguas, el desgaste por las bajas temperaturas o las adaptaciones improvisadas pueden derivar en fallas peligrosas.

Gracias al rápido accionar, las pérdidas fueron menores y no hubo que lamentar heridos. La vivienda afectada sufrió daños en la estructura del entretecho y en parte de los materiales del pasillo, mientras que el departamento contiguo resultó impactado de forma superficial. El operativo incluyó tareas de enfriamiento y verificación para asegurar que no quedaran puntos calientes que pudieran reactivar el fuego.

Leé más notas de La Opinión Austral