“Vos quedate piola, trae la bolsa que ya está todo arreglado, no te preocupes” es la frase que un preso le dijo a un hombre en el 2019 para que le lleve pertenencias al lugar en el que estaba detenido.
Se trata de un intento de ingreso de drogas que se registró en la Cuenca Carbonífera tiempo atrás y que derivó en una causa judicial que concluyó esta semana con la condena para el principal acusado.
El hecho tiene como protagonistas a un hombre de apellido de apellido Cuellar y a otro de apellido Romero. El primero es un albañil de Río Turbio y el segundo es un hombre que estaba tras las rejas por una causa de robo.
Cuellar estaba de novio con una mujer que había tenido hijos con Romero. El segundo iba a declarar a favor de la mujer por la tenencia de los hijos que, por esos días, estaban bajo tutela de la abuela materna. Por eso, Cuellar no tuvo más opciones que acceder y “hacerle un favor” a Romero.
Todo se remite a la jornada del 18 de abril de 2019, en el cumpleaños de la mujer cuando Romero llamaba insistentemente a Cuellar pidiéndole que le lleve “merca” (NdeR: nombre con el que se conoce a la cocaína en las calles) pero el se negaba. Luego, le enviaría un mensaje con la frase con la que comienza esta nota.
Un desconocido llegó momentos después a la casa de Cuellar con una bolsa que él debía llevarle a Romero a a la Comisaría Primera de Río Turbio, dependencia en la que el preso se encontraba detenido. Ahí, cerca de las diez de la noche fue cuando los agentes requisaron todo y encontraron, dentro de un papel higiénico, algo de cocaína.
Según pudo saber este diario, era un envoltorio negro que tenía sus bordes quemados con un encendedor y que no pesaba más de un gramo. De igual manera, se hizo la instrucción de la causa ante la Justicia Federal de Río Gallegos.
La causa llegó a juicio esta semana y, en un juicio abreviado, el Tribunal Oral Federal decidió condenar a Cuellar a la pena de dos años y tres meses de prisión en suspenso. La Justicia entendió, a raíz de la propia declaración de Cuellar, que el sabía que la bolsa contenía droga y que era consciente de lo que estaba haciendo.
Como atenuante, también comprendió que el albañil no cuenta con antecedentes, tiene menores a cargo y no ha incurrido en otros delitos desde la comisión del del 2019. Por eso, dispuso un régimen de conducta que se extenderá durante el plazo que dure la pena, donde deberá fijar domicilio de manera periódica en las instalaciones de Gendarmería Nacional y no cometer otros hechos si no quiere perder el beneficio de la libertad
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