Taxista esquivó un animal, volcó y terminó en un espejo de agua en la periferia de Río Gallegos

Un impactante accidente ocurrió en la noche del domingo en la ciudad de Río Gallegos, cuando un taxi volcó tras esquivar a un animal que invadió la calzada. El siniestro se registró en la intersección de Circunvalación y avenida Asturias, una zona conocida por su alto tránsito y limitada iluminación nocturna.

El conductor del taxi, un hombre de 52 años, resultó herido pero permaneció consciente durante el rescate. Según los primeros reportes, alrededor de las 23:00, el vehículo circulaba en dirección a la rotonda de la Ruta 53 cuando un perro apareció repentinamente en la ruta. En un intento por evitar el impacto, el conductor realizó una maniobra brusca, lo que provocó que el automóvil se deslizara hacia un arroyo cercano y volcara sobre el lado del acompañante.

El Comando de Patrullas llegó rápidamente al lugar, notificando de inmediato a los bomberos de la Unidad 24° y al personal médico del Hospital Regional Río Gallegos (HRRG). Los bomberos trabajaron intensamente para liberar al hombre atrapado dentro del vehículo, mientras que los facultativos lo asistieron y trasladaron de urgencia al nosocomio capitalino.

Fuentes policiales confirmaron que, aunque el conductor sufrió golpes en varias partes del cuerpo, se encontraba lúcido y estable al momento de ser llevado al hospital.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes policiales consultadas se pudo saber que, para facilitar las tareas de rescate y garantizar la seguridad de los involucrados, el personal de las fuerzas de seguridad provinciales cortó temporalmente el tránsito en la zona. Paralelamente, peritos trabajaron en el sitio para determinar las causas exactas del accidente y evaluar el estado del vehículo, que sufrió serios daños.

Vecinos del barrio y testigos del sorprendente episodio señalaron que este tramo de la avenida Circunvalación, especialmente durante la noche, se caracteriza por la presencia de animales sueltos, tanto de caballos como de perros, lo que representa un riesgo constante para los conductores