Your browser doesn’t support HTML5 audio

En el último tiempo, tanto Santa Cruz como la zona más austral de Chile se conmocionaron por una causa de contrabando millonario que se registraba entre la Cuenca Carbonífera y la provincia Última Esperanza del país vecino.

Se trató del megaoperativo “Alianza Austral” por el que cinco personas quedaron detenidas del lado argentino y ocho del lado trasandino. A ellos los procesaron por el contrabando agravado de bienes de uno y del otro lado de la cordillera de los Andes y ahora esperarán el juicio en libertad.

Pero esto no es nuevo. Siempre se registraron causas en las que camiones trasladaban de manera irregular bienes sin declarar a las autoridades aduaneras, mediante maniobras que, de no ser por la perspicacia de los agentes aduaneros, podrían llegar a efectivizar el traslado.

Este es el caso de un camionero chileno al que, hace unos años, le iniciaron una causa federal por infracción a la Ley 22.145 del Código Aduanero, cuando le encontraron un gran número de mercadería que intentaba pasar a su país, sin declarar.

La causa tiene como acusado a un hombre de apellido Trujillo Meyers de 42 años, quien no podrá pisar nuestro país durante el plazo de dos años, tras haber sido condenado por el delito de “contrabando simple” en un debate abreviado que se realizó en la Río Gallegos.

De acuerdo al fallo al que tuvo acceso La Opinión Austral, todo se remitió a la tarde del 10 de julio de 2018, cuando los agentes aduaneros, que prestaban funciones en el paso Integración Austral, comenzaron a controlar un camión que tenía como destino final a la localidad de Punta Arenas, cerca de las 19 de la tarde de aquel día.

Trujillo Meyers había declarado que tenía que transportar un Chevrolet Corsa, color rojo, al vecino país pero, tras una breve inspección que hicieron los agentes, notaron algo raro: un precinto de una de las cargas estaba “falseado” y remendado con un cable de cobre por lo que comenzaron a inspeccionar un poco más.

Muchas veces, los camioneros transportan más de lo que declaran y, en este caso, salió todo a la luz, cuando los aduaneros vieron que, tanto dentro del rodado como en los costados, había una gran cantidad de bolsas de arpillera. “Son para que el auto no se mueva mientras transito“, aseveró el conductor de la unidad, pero luego se sabría la verdad.

Con ayuda de un escáner, los agentes notaron que dentro de las bolsas había mercadería. En consecuencia y ante la mirada de dos vecinos que hicieron las veces de testigos y la anuencia de la Justicia Federal, comenzaron a abrir cada una de las bolsas.

Según pudo saber este diario, la mercadería era de lo más variada. Había desde elementos de griferías, plafones de luminarias leds y hasta prendas de vestir como calzas y remeras que no habían sido declaradas. Luego de realizar un inventario preliminar, se destacó que el cargamento no declarado estaba valuado en unos 20 millones de pesos.

El tiempo fue pasando y Trujillo Meyers sólo fijó domicilio. Le incautaron los bienes y, la semana pasada, fue enjuiciado. En un debate abreviado en el que Roberto Aníbal Benítez fue el abogado defensor del acusado, Luciana Gil como querellante en representación de AFIPDGA y Patricia Kloster, como representante del Ministerio Público Fiscal, se llegó a un acuerdo en el que el hombre reconocería su participación en el delito y la fiscal solicitaría una pena de dos años de prisión en suspenso, en orden al delito de “contrabando simple en grado de tentativa”.

El Tribunal Oral Federal, finalmente, dio la derecha a las partes y sentenció al camionero a la pena mencionada. Además, lo encomendó a fijar domicilio de manera periódica mientras durara la sentencia, no deberá pisar suelo argentino durante el mismo término.

Respecto de todo lo incautado, durante el procedimiento hecho hace cinco años, la Justicia Federal dispuso que se delegara a la Administración de División Aduana Río Gallegos

Leé más notas de La Opinión Austral

Ver comentarios