Denunció que le entraron a robar a su casa y el ladrón se cambió de ropa: “A estos hay que mandarlos al frente”

En un hecho que refleja la creciente ola de inseguridad en la capital de Santa Cruz, un vecino del Barrio Marina fue víctima de un robo en su vivienda. A través de un desgarrador post en redes, el damnificado compartió detalles del accionar del delincuente, quien no solo sustrajo objetos de valor, sino que dejó rastros de sangre y prendas abandonadas.

El relato crudo 

El hecho ocurrió en las últimas horas en una vivienda ubicada en la calle Batalla Puerto Argentino, una zona residencial que, como tantas otras en la ciudad, no escapa a la escalada delictiva. El damnificado utilizó Facebook para viralizar su denuncia, acompañando el texto con fotos de un buzo y zapatillas desgastadas que el ladrón habría dejado atrás. “Alguien que reconozca de quién puede ser esta inmundicia”, escribió con rabia, detallando que el intruso incluso dejó rastros de sangre en el interior de la casa, lo que sugiere que pudo haberse lastimado durante el ilícito.

El tono del mensaje no solo expresa impotencia, sino también una crítica velada a la falta de respuestas frente a la inseguridad, un tema que en Santa Cruz, como en gran parte del país, genera preocupación constante. “A estos hijos de p… hay que mandarlos al frente“, sentenció, reflejando el hartazgo de una sociedad que se siente cada vez más vulnerable.

Lo sustraído 

Según el relato, el delincuente se llevó dos mochilas (una azul y otra gris) cargadas con zapatillas de pádel negras con detalles rojos, otras completamente negras, dos perfumes con envase rojo y plata chilena. “No sabemos qué más se llevaron“, admitió el vecino, pidiendo a la comunidad que esté atenta a posibles ventas sospechosas de estos artículos en plataformas de compraventa o redes sociales.

Este tipo de alertas se han vuelto frecuentes en Río Gallegos, donde los vecinos, ante la sensación de desprotección, recurren a las redes para organizarse y compartir información. La estrategia, aunque no reemplaza a la acción policial, demuestra cómo la ciudadanía busca mecanismos alternativos para enfrentar el delito.