Con un ritmo de vacunación muy alto y con un descenso de casos de COVID, la comunidad va camino a la nueva normalidad pero se relaja.

Si bien el Decreto Nacional de Urgencia ya no plantea límites en las reuniones familiares, en horas de la madrugada del domingo, el personal de la Comisaría Quinta desbarató una fiesta clandestina que tuvo lugar en una casa particular y que no estaba habilitada para este tipo de eventos.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, se pudo establecer que todo tuvo lugar cerca de las cuatro y media de la madrugada del domingo, en una morada particular ubicada en la esquina de las calles Sargento Riquelme y 2 de Abril, apenas a una cuadra de la comisaría que tomó el caso.

Un vecino fue quien llamó a la Policía, debido a la música alta y los ruidos molestos que provenían de una casa contigua a la suya. En el requerimiento intervino el personal del Comando Radioeléctrico, de Canes, Infantería, Patrulla Urbana, y de las comisarías Cuarta y Quinta debido al gran número de asistentes a la reunión ilegal.

El despliegue de las fuerzas de seguridad no pasó desapercibido por la gente que vive en la zona. El tránsito debió ser interrumpido durante se identificaba a cada una de las personas. Había un total de 62 asistentes en los que había gente de ambos sexos y, entre ellos, menores de edad. Todos fijaron domicilio y se retiraron.

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