Si, si, amigo ya tengo lo tuyo, pasa por casa nomás” fue el mensaje que un hombre le mandó a otro, para realizar una transacción de drogas.

Así es como operaban dos “kiosquitos” de droga en el barrio Belgrano que, además de funcionar como búnkers, también tenían la modalidad de “delivery” para aquellos clientes que no podían acercarse a comprar drogas.

El suceso salió a la luz en la jornada del miércoles cuando, cerca de las siete de la mañana, agentes de la Policía de Santa Cruz irrumpieron en dos domicilios ubicados a unas pocas cuadras de distancia: el primero estaba emplazado en la calle Ferrada al 1300 y el restante en Los Pozos al 1100.

De acuerdo a fuentes consultadas por La Opinión Austral, se pudo saber que los señalados son dos hombres mayores de edad, amigos del barrio, que fueron investigados durante más de cuatro meses por el personal de Narcocriminalidad, tras una denuncia por presunta comercialización de drogas.

Según pudo saber este diario, se trató del operativo nombrado por las autoridades como “Conejo Verde” y los procedimientos fueron ejecutados por orden del Juzgado Federal de Primera Instancia de Río Gallegos, a cargo de Claudio Vázquez.

Los allanamientos se hicieron de manera simultánea. En el de la calle Ferrada, los agentes se encontraron con una situación al menos “atípica”. El acusado intentó destrozar su teléfono, posiblemente, por miedo a que encuentren información que podría complicarlo. Además, tras eso, intentó agredir a los agentes.

Según pudo saber este diario, además de la frase con la que comienza esta nota, los amigos además iban en vehículos a la casa de los consumidores para realizar las transacciones ilegales. Esto quedó acreditado durante el proceso investigativos.

Los resultados fueron más que positivos ya que se encontró una importante cantidad de marihuana prensada (también llamado “paraguayo”) cerca de una docena de plantas de marihuana y todos los elementos para su cultivo, elementos de corte y fraccionamiento, los celulares de los sospechosos, una réplica de un arma de fuego similar a una calibre 9m.m., un auto y dos ciclomotores señalados como los rodados usados para vender y más de un millón y medio de pesos que estaban dentro de una caja fuerte y se presumen que eran el fruto de las transacciones ilegales.

Como dato se detectaron irregularidades en el número de motor y chasis del automóvil y una de las motocicletas incautadas, configurando delitos de adulteración de bienes registrables. Una causa paralela para los acusados, además de la presunta comercialización.

El operativo contó con la presencia del subjefe de Policía, comisario mayor Luis Bordón, y la colaboración de diversas divisiones policiales, incluyendo Fuerzas EspecialesCanes, la Comisaria Segunda y Cuarta de Río Gallegos, la Dirección General de Policía Caminera, y la División Verificaciones del Automotor de la Superintendencia de Bomberos

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