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Las intensas ráfagas de viento que comenzaron a azotar a Río Gallegos desde la madrugada del sábado volvieron a poner en jaque a la capital santacruceña, generando un escenario de alta complejidad que obligó a desplegar un importante operativo preventivo y de respuesta por parte de los organismos de emergencia. El temporal, que se extendió durante gran parte de la jornada, dejó como saldo numerosos daños materiales, interrupciones de servicios y restricciones a la circulación, en un contexto climático adverso que es habitual en la región, pero que esta vez alcanzó niveles particularmente riesgosos.

Uno de los episodios que mayor preocupación generó se registró en la Autovía 17 de Octubre, en inmediaciones de la rotonda que conecta con la Ruta Nacional Nº 3 y la avenida Ricardo Balbín. Allí, un poste de iluminación se partió y cayó sobre la traza, en un sector de alto tránsito vehicular, lo que motivó la intervención inmediata del personal policial y de tránsito para asegurar la zona y prevenir accidentes.

Personal de SPSE en una intervención por cables caídos.

En paralelo, la Agencia Provincial de Seguridad Vial dispuso la restricción total de la circulación sobre la Ruta Nacional Nº 3, en el tramo comprendido entre Güer Aike y Comandante Luis Piedra Buena. La medida respondió a la combinación de ráfagas intensas y visibilidad extremadamente reducida por la tierra en suspensión, una postal conocida para los conductores patagónicos, pero que en esta oportunidad alcanzó niveles de riesgo significativo.

El impacto del temporal también se hizo sentir en el suministro eléctrico. Sectores como Zona Franca, Chimen Aike y el barrio Mutual de la Caja registraron interrupciones del servicio, además de otros puntos afectados por la caída de árboles que arrastraron cables y columnas. Desde SPSE reiteraron el pedido a la comunidad de no acercarse bajo ninguna circunstancia a cables caídos ni a postes dañados, aun cuando aparenten estar fuera de servicio.

Otro de los focos de intervención se dio en el predio de la Sociedad Rural, donde las ráfagas arrancaron techos y lonas de carpas que habían sido montadas para distintas actividades. Allí actuó de manera preventiva la División Cuartel Dos de Bomberos, que retiró una lona desprendida y aseguró el sector con escaleras y herramientas, evitando que el material suelto representara un peligro para peatones y automovilistas.

Un móvil policial cerca del poste de luz. FOTOS: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL

Más allá de los daños materiales, las autoridades destacaron como dato positivo que no se registraron personas lesionadas, un resultado que atribuyeron tanto al rápido accionar de los equipos de emergencia como a la colaboración de los vecinos, que dieron aviso ante situaciones de riesgo.

A última hora del sábado, la Superintendencia de Bomberos dio a conocer el dato más contundente de la jornada: solo en Río Gallegos se registraron 28 intervenciones vinculadas directamente al temporal de viento. El Departamento Zona Uno concentró la mayor demanda operativa, con servicios relacionados principalmente al desprendimiento de chapas, caída de elementos y riesgos estructurales en viviendas y edificaciones.

El intenso trabajo involucró al Cuartel Central y a las divisiones Cuartel 1, 2, 19 y 24, que permanecieron activas durante todo el día para dar respuesta a las emergencias. Se trató, según indicaron fuentes oficiales, de una de las jornadas con mayor cantidad de intervenciones por viento en lo que va del año en la capital provincial.

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