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En un diálogo revelador con los micrófonos de LU12 AM680, la reconocida investigadora forense, docente y conferencista internacional, Vanesa García Carbone, desnudó la cruda realidad de la ciberdelincuencia que amenaza a nuestros niños.
El reciente “mega operativo” denominado “Aliados por la Infancia V“, que sacudió a Río Gallegos y a otras doce provincias argentinas, junto con quince países a nivel global, puso en el centro de la escena la alarmante expansión del material de abuso sexual contra las infancias (MASI). García Carbone, autora de tres libros sobre cibercrimen y una voz autorizada en la materia, enfatizó la importancia de no referirse a este flagelo como “pornografía infantil”.
“No lo llamamos más pornografía infantil porque tenemos que entender que los niños, niñas y adolescentes, bajo ningún punto de vista, prestan su consentimiento para ser ni filmados ni fotografiados”, sentenció, dejando en claro que cada imagen o video es “prueba suficiente del delito cometido hacia un niño“, un testimonio ineludible del abuso sexual al que fue sometido.
La investigación, que tiene sus raíces en España y repercusiones en Estados Unidos y casi toda Latinoamérica, se centró en la descarga, distribución y tenencia de este material aberrante. La entrevistada explicó que, si bien en algunos casos se detectan complejas redes de pedofilia y pederastia, en otros pueden ser acciones individuales, aunque siempre con una “relación estrecha y entrelazada” entre los agresores que “intercambian este tipo de material como si fueran figuritas“.
En este contexto digital cada vez más complejo, Vanesa García Carbone lanzó una contundente advertencia a los padres: “Entregarle un celular a un niño, un menor de edad, es lo mismo que entregarle un arma cargada hoy en día“.
En estos entornos, “hay muchos adultos que se hacen pasar por niños” para pedir fotografías de contenido sexual, números de teléfono y trasladar las conversaciones a otras aplicaciones como WhatsApp, Instagram o TikTok, buscando que los padres pierdan el hilo conductor de lo que sucede” dijo García.
Es “imperioso y fundamental que les enseñemos cómo debemos cuidarnos de los pedófilos y los pederastas a través del teléfono o a través de una computadora“, concluyó la especialista, reafirmando que el objetivo final es “reducir las oportunidades de que los chicos sean víctimas”.
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