En una labor coordinada entre varias áreas que componen la Policía de Santa Cruz e inspectores comunales de la ciudad de Puerto Deseado, se realizó un allanamiento en un lugar denunciado porque se realizaban fiestas clandestinas.

El suceso se registró en la localidad portuaria y, según pudo saber este diario, en otras oportunidades ya se han realizado procedimientos en el mismo edificio de la misma localidad.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo establecer que el lugar donde se desarrollaban los eventos sin habilitación correspondiente queda emplazado en la calle Peatonales al 800. Allí funciona una cancha de césped sintético que se puede alquilar.

En horas de la madrugada del domingo, el Juzgado de Instrucción N°1 había dispuesto una orden de allanamiento. En consecuencia, en una labor conjunta entre la División de Investigaciones (DDI) de Puerto Deseado junto con sus pares de la DDI de Caleta OliviaNarcocriminalidad de la misma ciudad  y bajo la inspección del jefe del Departamento de Investigaciones del delito organizado Zona Norte, comisario inspector Pablo Méndez, los agentes irrumpieron en el lugar.

Según pudo saber este diario, tras despejar el lugar, se identificó a un total de 150 parroquianos. Entre ellos se encontraba una menor de edad que, tras ser revisada por personal médico fue entregada a sus padres. Una situación similar ocurrió con un hombre que fue palpado preventivamente y le hallaron un envoltorio de nylon con un poco de marihuana que sería para consumo personal. Más allá de eso, le iniciaron una causa en el fuero federal.

En una inspección pormenorizada, los agentes incautaron más de un centenar de latas de cerveza, una botella de vino y varios “atados” de cigarrillos. Se presume que los organizadores del evento, además de vender alcohol, hacían lo mismo con los cigarros.

Como resultado del operativo, los policías demoraron a cuatro hombres que, bajo los efectos del alcohol, impedían el normal desarrollo del procedimiento. Ellos fueron trasladados a la Comisaría Primera y, cumplidos los plazos legales, recuperaron su libertad. El establecimiento fue clausurado por Comercio Municipal

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