El hasta hace pocos días jefe de la Dirección de Comunicaciones e Informática de la Armada, contralmirante Osvaldo Andrés Vernazza, prestó ayer declaración testimonial ante la juez federal de Caleta Olivia Marta Yáñez y tres abogados penalistas que representan a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, desaparecido el 15 de noviembre de 2017.

* Corresponsalía Caleta Olivia

El alto oficial que en breve asumirá como jefe del Comando de Alistamiento y Adiestramiento que tiene sede en Puerto Belgrano, en reemplazo de quien fue desafectado de ese cargo por la crisis desatada en el Arma, Luis López Mazzeo, dijo a la prensa que creía haber satisfecho la requisitoria que le formularon y aseguró que no se sentía presionado por este delicado caso, ya que las circunstancias que lo rodearon no involucraban a su área de competencia profesional.
También se desentendió sobre el contenido de los mensajes cifrados que emitieron desde el submarino su última misión por el Atlántico Sur, indicando que todo lo referente a cuestiones criptográficas y las claves que se utilizan para descifrarlas es algo que no dependía de su área, sino de otro sector operativo.
Vernazza es el tercer alto oficial que dio testimonio en la causa por la que se investiga la desaparición del navío con toda su tripulación, habiendo hecho lo propio semanas atrás los contralmirantes auditores Guillermo Lezana y Eduardo Pérez Bacchi, quienes también se desligaron de responsabilidades en las operaciones que desarrollaba el ARA San Juan.
En la audiencia, además de la juez Yáñez, estuvieron presentes tres secretarios del Juzgado, el fiscal Lucas Colla y tres abogados querellantes que representan a las familias de los submarinistas desaparecidos, Luis Tagliapietra, Lorena Arias y Valeria Carreras, ésta última en representación del estudio que pertenece al afamado y mediático abogado Fernando Burlando.
Vernazza también aclaró que no tuvo relación con los comunicados públicos que emitía el capitán de navío Enrique Balbi, ya que ello era responsabilidad del área de Relaciones Institucionales y Prensa.
Precisó que su función específica era la de proveer redes de comunicaciones entre los navíos y áreas administrativas y que desconocía las áreas marinas en las que venía operando el submarino, las cuales ahora se conocen con los nombres de Juliana, Alessia, Esperanza, Milagros y Alejandra.
Consecuentemente sostuvo que no podía decir si estuvo realizando una tarea de espionaje en aguas cercanas a las Islas Malvinas.

Puntos de vista de los querellantes
Por su parte, el abogado Luis Tagliapietra, padre de uno de los tripulantes desaparecidos, dijo que Vernazza respondió satisfactoriamente a las expectativas que se tenían sobre su testimonio.
“Nos brindó aclaraciones sobre cuestiones sistemáticas y técnicas vinculadas al lenguaje que utilizan los sistemas de comunicación de la Armada”, indicó el letrado penalista, aunque de manera global insistió en que la Armada y el gobierno Nacional “nos estuvieron retaceando información durante mucho tiempo o bien la suministraron de manera solapada para que no tuviera la dimensión que revestía”.
Contrariamente, la abogada Valeria Carreras lo criticó severamente indicando que “ni siquiera parecía estar conmovido por la tragedia”, e incluso de manera frecuente se excusaba de no poder dar respuestas bajo el argumento que determinados temas no eran competencia de su competencia”.
A modo de ironía comentó que “ni siquiera sabía qué equipo de radio utiliza una balsa de emergencia de un submarino, por lo cual a mí me pereció que enfrente tenía a un jefe de carpintería”.

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