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En una gélida noche de sábado, la quietud del barrio San Benito en Río Gallegos, en la periferia de la capital santacruceña, se vio dramáticamente alterada por las llamas. Un violento incendio, provocado por una salamandra, consumió por completo la vivienda y el taller mecánico de Mario Vargas, un hombre de 42 años. Lo que fácilmente pudo haber sido una tragedia con un desenlace fatal, se transformó en un conmovedor relato de valentía y solidaridad, gracias a la rápida y desinteresada intervención de sus vecinos, quienes lograron rescatarlo de las garras del fuego justo a tiempo.
El siniestro se desató alrededor de las ocho de la noche del sábado, sumiendo en la desesperación a Mario, quien se encontraba solo en su domicilio al momento del hecho. Las llamas se propagaron con tal virulencia que todo.

Bomberos sofocando el incendio. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

Los vecinos, un día después del incendio, ya acudieron a limpiar y a tirar las cosas que no servían, confirmando la desoladora pérdida. Mario Vargas sufrió graves lesiones en sus vías respiratorias, además de quemaduras en el rostro, específicamente en los pómulos y la frente, una oreja lastimada, y quemaduras significativas en ambas manos, con la derecha siendo la más comprometida, así como en los brazos y el pecho. Actualmente, se encuentra internado en el Hospital Regional , bajo sedación y con respirador artificial, en un delicado proceso de recuperación. Los médicos han informado que, afortunadamente, sus heridas no requieren operación, aunque se desconoce si podrá recuperar la capacidad de hablar normalmente debido a las quemaduras en sus cuerdas vocales. Se estima que le retirarían el respirador en unos dos o tres días.

Mario Vargas tiene 42 años y sufrió graves lesiones. (LA OPINIÓN AUSTRAL)

La rapidez con la que se actuó fue crucial. Diamela Manjón, una joven vecina del barrio, fue una de las que intervinieron en un heroico gesto y ella visitó los estudios de LU12 AM680 para contar como fue su accionar. Fue su padre quien divisó las llamas que brotaban de la parte trasera de la casa de Mario mientras regresaba de hacer unas compras. Sin dudarlo, aceleró su vehículo y, al llegar al lugar, buscó inmediatamente la forma de ingresar. Simultáneamente, alertó a su familia, que vive en la casa de enfrente, para que llamaran a los bomberos. Diamela y su padre ingresaron a la vivienda. Primero, el padre rompió una ventana para intentar que Mario saliera. Afortunadamente, Mario logró abrir un poco la puerta de su taller, permitiendo la entrada de sus rescatistas.

“Mi papá lo agarró y yo lo fui acompañando porque iba caminando medio desvanecido ya y automáticamente lo subimos a nuestro auto y fuimos al hospital” dijo la joven este martes. A pesar de estar consciente, Mario se encontraba desvanecido y semi-inconsciente debido a la inhalación de una gran cantidad de humo, lo que dificultaba su movimiento. El padre de Diamela lo sujetó, y ella lo acompañó, casi cargándolo, hasta el auto familiar.

Una agente a metros de una de las pocas paredes que quedaron en pie. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

Lo que siguió fue una carrera contra el tiempo hacia el Hospital Regional, ubicado a unos 10 o 15 minutos de distancia en la periferia de Río Gallegos. El trayecto se tornó peligroso, ya que las calles de tierra estaban congeladas.

Diamela contó que fue haciendo señas mientras llevaban a Mario al centro asistencial, mientras su papá tocaba la bocina.

Con una astucia admirable, Diamela se quitó su propia remera para agitarla por la ventana como señal de auxilio, mientras su padre no dejaba de tocar bocina. La respuesta de la comunidad en la calle fue inmediata y conmovedora: los vehículos que transitaban por la calle 13, la vía más céntrica y segura de noche por contar con alumbrado, fueron abriendo paso y siguieron al auto de los rescatistas, colaborando con la emergencia. Al llegar al hospital, Mario pudo descender caminando, apoyado por el padre de Diamela, y fue ingresado por la entrada de ambulancias, donde el personal de enfermería se hizo cargo de su atención.

“Tiene sus quemaduras en el rostro, en la parte de las de los pómulos, en la frente. Tiene también lastimada una oreja, tiene quemaduras en las manos, tiene la mano derecha tiene más complicada, después tiene todas quemaduras en los brazos, en el pecho. Gracias a Dios hoy en el informe médico que nos dieron dijeron que estas heridas no requieren operación.”

La historia de Mario Vargas es bien conocida en el barrio San Benito. Es un hombre sumamente humilde, de una bondad inmensa, siempre dispuesto a ayudar a los demás, incluso si no tiene los medios directos, buscará la manera de colaborar. Su relación con los Manjón es casi familiar, visitándose mutuamente y manteniéndose en contacto constante. Es por esta razón, y a pesar de que su familia directa reside lejos, en Chubut y Neuquén, que el hospital se vio colmado de personas que se acercaron a brindar apoyo, movidas por el cariño que Mario ha cosechado a lo largo de los años.

La colecta para dar una mano a Mario es para los insumos médicos, además de que pueda volver a poner su casa en pie.

Mario es un “laburante” que siempre cuidó su casa y sus pertenencias, obtenidas con gran esmero y sacrificio personal. La pérdida de todo lo que consiguió a “pulmón”, incluyendo la mayoría de sus herramientas de trabajo, es un golpe devastador que lo obliga a “empezar de cero” una vez que se recupere por completo.

“Es muy es muy triste la situación que está pasando porque además de que perdió todo, también viene lo de su recuperación. Va a tener que empezar una vida de cero porque va a haber cosas que quizás por el momento al salir del hospital no va a poder volver a hacer hasta que se recupera el 100%.”

Ante esta dolorosa realidad, la comunidad no dudó en actuar. Se ha iniciado una activa colecta para asistir a Mario, coordinada por Diamela y otro vecino, Juan Romero. La respuesta ha sido muy positiva, recibiendo donaciones de dinero destinadas a la reconstrucción de su casa.

Bomberos viendo que no quedó nada tras el hecho. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

También se solicitan insumos médicos como platysul, pañales de adulto, vendas y gasas, además de ropa, zapatillas y, de manera crucial, herramientas para su taller mecánico, ya que perdió la mayoría. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través del alias “AyudaMario” a nombre de Diamela Manjón, en una cuenta Naranja X. También se pueden comunicar al número de teléfono 296665-7783 para coordinar donaciones en especie o monetarias. La familia de Mario, ya contactada por los Manjón al día siguiente del incidente, ha dado su autorización para esta iniciativa solidaria, y su hermana viajará desde Chubut para acompañarlo.
La propia Diamela, aún conmovida por lo vivido y por la situación de Mario, se mostró decidida a seguir ayudando. Esta joven, que está terminando el colegio, ve en estas acciones una forma de expresarse y asistir a los demás.

Caso similar

La desesperación por el frío intenso a menudo lleva a la gente a desatender recomendaciones básicas al quemar carbón o leña. Es un problema que se viene sucediendo con frecuencia en la zona, habiendo ocurrido otro incendio similar a pocas cuadras hace solo dos semanas.

El estado en el que quedó el colectivo. (FOTO: POLICÍA SANTA CRUZ)

Tal como lo informó La Opinión Austral, el suceso se registró en el barrio Patagonia, donde un grupo de diez personas terminó con heridas de diversa gravedad, luego que una salamandra generara un incendio en un colectivo devenido en una precaria morada.

A raíz de este siniestro, un nene de cinco años de edad fue derivado al Hospital Garrahan debido a las lesiones que presentó en su rostro y extremidades. Su padre, un hombre de unos 50 años, está internado en el Hospital Regional, tiene complicaciones cardíacas previas y lesiones en sus vías respiratorias.

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