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Los residentes del barrio Procrear, en Río Gallegos, están al límite. Con robos a plena luz del día, delincuentes que operan con total impunidad y una policía colapsada por la falta de recursos, el clima de desprotección se agrava. A través de grupos de WhatsApp, los vecinos comparten sus experiencias y exigen soluciones urgentes.

El barrio Procrear, un sector de viviendas sociales en la capital de Santa Cruz, vive días de tensión creciente. En las últimas semanas, los robos se han multiplicado, y los vecinos no solo pierden pertenencias, sino también la paciencia. “Estuvieron robando como a las 4:30. En mi caso, sustrajeron dos críques hidráulicos, cuatro calzas para levantar autos y herramientas del interior de mi vehículo“, relató un afectado en un grupo de WhatsApp de “Vecinos en Alerta”. El testimonio detalla que los ladrones —dos individuos, uno de ellos reconocible por su campera roja con cintas refractarias— actuaron con método: trasladan lo robado en un auto estacionado cerca, aprovechando la escasa vigilancia.

Pero lo que más indigna a la comunidad es la percepción de abandono institucional. “Este barrio parece zona liberada. Pasa el patrullero y al rato roban. Los llamás y te dicen que ya está el móvil en camino, pero no aparecen”, estalló otro vecino. La frustración es palpable: “Cero miedo y respeto le tienen estos chorros de mierda”, agregó, reflejando el enojo de una población cansada de promesas incumplidas.

La situación se agrava al conocer las limitaciones operativas de la Comisaría Tercera. Un residente reveló, tras consultar en la comisaría, que solo un móvil y seis efectivos por turno deben cubrir varios barrios. “Fui a hacer una denuncia, pero el oficial tuvo que irse en su auto particular a atender un accidente. No dan abasto”, explicó. La falta de recursos es evidente: mientras los barrios crecen, la infraestructura de seguridad no sigue el mismo ritmo.

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