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La provincia de Santa Cruz, enfrenta cada año un incremento del movimiento vehicular en sus rutas, especialmente durante la temporada invernal. Ante este escenario, la Unidad Operativa Güer Aike —dependiente del Ministerio de Seguridad y parte de la Dirección Provincial de la Policía Caminera— despliega un trabajo fundamental de control y prevención en el ingreso y egreso de la ciudad de Río Gallegos.
Ubicada estratégicamente en uno de los accesos principales a la capital provincial, esta unidad no solo realiza operativos de control vehicular y de identificación de personas durante todo el año, sino que también se transforma en un punto de consulta clave para quienes se disponen a emprender viaje por rutas muchas veces castigadas por la nieve, el hielo o la escarcha.
“Muchas personas llaman a Güer Aike para consultar sobre el estado de las rutas, lo que demuestra una gran responsabilidad de los conductores”, destacó con satisfacción la comisario María Sarapura, segunda jefa de la Unidad. Esta conducta preventiva reflejó un cambio cultural importante en los hábitos de manejo, especialmente en una provincia donde los factores climáticos pueden modificar drásticamente las condiciones de circulación en cuestión de horas.
Durante la temporada invernal, la colaboración con Vialidad Provincial permite mantener informados a los conductores con datos actualizados sobre el estado de las rutas. A través de esa articulación permanente, se puede alertar sobre cortes, desvíos o la necesidad del uso de cadenas para transitar determinados tramos, algo vital en rutas que conectan localidades distantes como El Calafate, Piedra Buena o San Julián.
Pero los controles no terminan ahí. La Unidad Operativa Güer Aike también despliega un trabajo integral en conjunto con otras áreas de la fuerza: Narcocriminalidad, División Canes, Interpol y Gendarmería Nacional, intervienen en operativos que no solo buscan garantizar la seguridad vial, sino también prevenir el tráfico de estupefacientes, personas y otros delitos federales que pueden darse en el marco del tránsito vehicular.
Cada control implica una verificación exhaustiva de la documentación obligatoria: licencia de conducir, cédula del vehículo, seguro, y documento nacional de identidad tanto del conductor como de los acompañantes. Cuando hay menores, se solicita adicionalmente el DNI y la partida de nacimiento, una medida clave para la prevención de casos de sustracción de menores o traslados irregulares.
Asimismo, se realizan test de alcoholemia de manera sistemática. “Pedimos a los conductores no consumir bebidas alcohólicas si van a manejar, y circular siempre con precaución”, remarca Sarapura, enfatizando una de las principales causas de siniestralidad vial en todo el país.
El uso del cinturón de seguridad también es obligatorio para todos los ocupantes del vehículo, y su incumplimiento puede derivar en sanciones. Lejos de buscar un fin punitivo, los agentes apelan a la concientización: cada elemento de seguridad, cada control, cada advertencia, puede marcar la diferencia entre llegar o no llegar.
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