Your browser doesn’t support HTML5 audio
Se cumplieron 72 horas de la desaparición de Nelson Ariel Romero, el empresario de Río Gallegos que fue visto por última vez en la noche del lunes y, hasta el momento, hay más dudas que certezas.
Con la detención y la espera de la indagatoria del único detenido sobre quien existen fuertes sospechas de su participación, al menos en la desaparición de Romero, las fuerzas de seguridad continúan avanzando para determinar, fehacientemente que ocurrió con el empresario de seguridad de nuestra ciudad capital.
Con ayuda de cámaras de seguridad, la Policía de Santa Cruz analiza cámaras tanto dentro del ejido urbano como en la periferia, ya que la camioneta de Romero habría realizado “un amplio recorrido” desde la noche del lunes hasta la noche del martes, cuando finalmente fue encontrada a metros de la casa del único sospechoso del caso.
El rodado, una camioneta Ford Ranger color blanca con stickers de la empresa Romero Sistemas, con vivos rojos es fácilmente identificable y los registros fílmicos siguen acumulándose mientras otros efectivos realizan rastrillajes en la periferia de nuestra ciudad capital.
Fuentes consultadas por La Opinión Austral indicaron que, por el momento, no se descarta ninguna hipótesis y una de ellas es que el empresario podría haber sido víctima de un intento de robo que terminó mal y que los ladrones, devenidos potenciales homicidas, podrían haber escondido el cuerpo en un lugar todavía no determinado.
La teoría no es descabellada porque no sería la primera vez que esto sucede en Santa Cruz. En invierno del 2020, algo similar ocurrió en El Calafate cuando el cuerpo de Fabián Gutiérrez fue encontrado semi enterrado en el patio de una vivienda en la periferia de la villa turística, tras haber sido torturado hasta la muerte en un robo que finalmente fue caratulado como “homicidio criminis causae” es decir, matar para que el crimen quede impune.
A partir de los indicios que surgieron en las últimas horas con la mochila y el celular del detenido hallados durante un rastrillaje en las afueras de Río Gallegos, la transferencia de medio millón de pesos a una cuenta que no pertenece al detenido y la presencia de unos vidrios con sangre cerca de la casa de Romero en la entrada al barrio Los Álamos, no se descarta ninguna hipótesis.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario