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En la jornada del viernes, la ciudad de Río Gallegos se conmocionó al conocerse un trágico suceso: un hombre de avanzada edad había sido hallado sin vida en su vivienda.
El episodio no pasó desapercibido para los vecinos, quienes, cerca de las dos de la tarde, vieron cómo el personal de la Comisaría Tercera de Policía y los agentes del Gabinete de Criminalística realizaron un despliegue en la calle Teniente Béccar al 200. Observaron a los policías colocándose sus Equipos de Protección Personal (EPP) para comenzar con las diligencias de rigor en el interior de la morada.
Tal como lo informó La Opinión Austral, la víctima fue identificada como James Richard O’Brien, de 79 años de edad, oriundo de Estados Unidos pero radicado en nuestro país desde hace tiempo. El hombre no tenía familiares en nuestra localidad y, según pudo saber este diario, estaba siendo asistido por el personal del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.
O’Brien había sido buscado desde dos días antes de la aparición de su cuerpo. Fue encontrado cerca de la hora mencionada. La puerta de su vivienda estaba abierta sin llave y él estaba en el interior semidesnudo, con sus ojotas puestas.
Desde la primera intervención del personal de las fuerzas de seguridad, no se observaron signos de forzamiento en los accesos a la morada, ni señales de violencia en el cuerpo de O’Brien, ni indicios de faltantes de objetos de valor.
El magistrado interviniente dispuso que se secuestraran las cámaras de seguridad de la zona, que podrían haber registrado los movimientos de la víctima o algún indicio sobre sus actividades en los últimos días.
Además, el médico policial, con el fin de descartar cualquier hipótesis, ordenó la realización de una autopsia. Los restos fueron sometidos a la pericia correspondiente en la mañana, y el informe preliminar de la necropsia determinó que O’Brien murió de causas naturales a raíz de una insuficiencia cardíaca.
Como se mencionó anteriormente, O’Brien no tenía familiares y su cuerpo fue entregado al Ministerio de Desarrollo.
Por otro lado, dado que el vecino tenía varias mascotas, el Juzgado de Instrucción de turno dispuso que se abrieran las puertas de la casa para retirarlas y luego se diera intervención al área de Bienestar Animal de la Municipalidad de Río Gallegos
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