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La comunidad de Río Gallegos vuelve a sacudirse ante un episodio de presunta violencia institucional que reavivó un debate sensible: los límites en el accionar de las fuerzas de seguridad y la protección de los sectores más vulnerables. La noche del miércoles, lo que comenzó como un presunto operativo para intervenir en una supuesta riña terminó con un joven discapacitado hospitalizado tras recibir brutales golpes de la Policía, según explicaron sus propios padres.
Según el parte oficial del Comando de Patrullas, cerca de las 23:10 horas se había recibido un aviso de pelea en inmediaciones de la cancha Enrique Pino. Sin embargo, al llegar al lugar los efectivos no constataron disturbio alguno. Aun así, desplegaron un rastrillaje en las cercanías de la calle Batalla Puerto Argentino, donde procedieron a detener a dos adolescentes. Fue allí donde ocurrió lo que hoy genera profunda indignación: Benjamín, de 18 años, portador de un Certificado Único de Discapacidad (CUD) por retraso madurativo, recibió golpes con una tonfa (bastón rígido policial) en la cabeza y en la nariz. El resultado fue devastador: ocho puntos de sutura, lesiones en el tabique nasal y un traslado esposado a la Comisaría Quinta, como si se tratara de un delincuente.
El procedimiento fue cuestionado por la brutalidad y también por las irregularidades posteriores. Pese a las heridas, Benjamín fue llevado directamente a la dependencia policial sin atención médica inmediata. Recién más tarde, y tras constatar que no había médico policial de guardia, fue trasladado al hospital. Su familia denunció que permanecieron durante horas en la comisaría sin recibir explicaciones, mientras que su padre –quien además integra la propia fuerza policial– no obtuvo respuestas de ningún jefe ni autoridad judicial.
El otro adolescente demorado, de apenas 13 años, también sufrió golpes y fue trasladado a la comisaría. Según testigos, intentó explicar que no estaba involucrado en ningún disturbio, pero sus palabras fueron desoídas. Vecinos de la zona aseguran que nunca hubo riña, y que lo sucedido responde a un procedimiento desmedido que terminó con dos chicos lastimados, uno de ellos con discapacidad.
La denuncia fue radicada ante la Fiscalía de Instrucción de turno este mes y el Cuerpo Médico Forense, que deberán investigar las circunstancias del hecho y las responsabilidades individuales de los efectivos que participaron en el procedimiento.
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