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El viernes por la noche, una vivienda del barrio 499 Viviendas de la capital santacruceña fue escenario de una situación inusual, pero no por eso menos peligrosa: la rotura de un termómetro de mercurio doméstico movilizó al personal de Riesgos Especiales de la Superintendencia de Bomberos de la Policía de Santa Cruz. A pesar de tratarse de un objeto aparentemente inofensivo, el derrame del mercurio metálico activó los protocolos de actuación ante materiales peligrosos, poniendo en evidencia la importancia de una intervención profesional y oportuna.

El llamado de auxilio fue recibido cerca de las 22 horas, cuando los habitantes de la vivienda notaron el derrame tras la caída del viejo termómetro clínico. Al tratarse de mercurio —una sustancia tóxica altamente volátil y peligrosa para la salud humana—, la familia decidió dar aviso inmediato a las autoridades. En pocos minutos, personal especializado llegó al lugar con Equipos de Protección Personal (EPP) y procedió a contener el riesgo conforme a las normativas vigentes para manipulación de materiales contaminantes.

La intervención se realizó con extremo cuidado, dada la toxicidad del mercurio, que puede afectar el sistema nervioso central, los riñones y los pulmones si se inhala o entra en contacto prolongado con la piel. El procedimiento incluyó la recolección segura del material disperso, la ventilación del ambiente y la disposición de los residuos bajo protocolo, para evitar mayores consecuencias ambientales o sanitarias. Afortunadamente, no se registraron personas lesionadas ni fue necesario evacuar la vivienda, aunque se brindaron precisas recomendaciones de seguridad a los ocupantes del domicilio.

 

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