Personal policial debió intervenir ayer en un curioso hecho, en inmediaciones del barrio San Benito de Río Gallegos. Cerca de las 09:30 horas, la Comisaría Séptima tomó conocimiento de que un caballo se había caído a un pozo y no podía salir por sus propios medios.
Los ladridos de unos perros, que vieron al caballo, alertaron a un vecino y fue este el encargado de anoticiar de lo que estaba sucediendo en la dependencia policial. A partir de allí, una comitiva de efectivos se dirigió al lugar, por la zona de la calle 22 y Edwin Frank Beecher.
Al llegar, se corroboró que un equino de mediano porte se encontraba en un pozo lleno de barro, de más de un metro de profundidad, e incapaz de moverse.
Para poder sacarlo de donde estaba estancado, se solicitó apoyo a la Unidad XXIV de Bomberos del barrio San Benito, así como también se requirió presencia del personal del Grupo Especial de Operaciones Rurales (GEOR).
Fuentes policiales consultadas por La Opinión Austral dieron cuenta de que la labor de rescate duró aproximadamente dos horas, ya que en todo momento se priorizó no hacerle daño al equino, a pesar del afán de querer socorrerlo lo antes posible.
Fue a través de la utilización de sogas que el equino pudo ser sacado del pozo. Una vez fuera de allí, pudo levantarse y recomponerse por sus propios medios, por lo que se estima que no sufrió lesiones de ningún tipo. A las pocas horas apareció el dueño del animal y este quedó nuevamente a su cargo.

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