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Lo que comenzó como una investigación de vanguardia, con la infiltración de un agente encubierto en el mundo virtual para desbaratar la venta de drogas, terminó en un callejón sin salida judicial. El Tribunal Oral Federal de Santa Cruz sobreseyó de manera total y definitiva a T.S.C., J.A.G. y A.A.F., tres jóvenes de Río Gallegos que habían sido acusados de comerciar estupefacientes.

La historia se remonta a septiembre de 2023, cuando el Juzgado Federal de Río Gallegos autorizó el uso de la figura del “agente revelador” para meterse de lleno en un grupo de la popular aplicación de mensajería Telegram llamado “FisureoDeTo”. El objetivo era claro: simular ser un comprador para identificar a quienes usaban la plataforma para vender droga.

El operativo encubierto dio sus frutos, al menos en apariencia. Durante el mes de noviembre de 2023, el agente concretó tres transacciones por separado. Primero, el 15 de noviembre, se encontró con T.S.C., una vendedora de ropa y productos de cosmética, donde le compró 0,6 gramos de cocaína por $8.500. Al día siguiente, la operación se repitió con J.A.G., un muchacho que hacía trabajos temporarios como chofer de “Uber”, quien le vendió 0,7 gramos por $8.000. Finalmente, el 21 de noviembre, el agente se citó con A.A.F., un decorador de eventos, y le adquirió 0,3 gramos de la misma sustancia por $9.000.

Con estas compras controladas, la Fiscalía Federal, a cargo de Julio Zárate, consideró que tenía un caso sólido y solicitó la elevación a juicio de los tres por el delito de comercio de estupefacientes, en calidad de autores. Parecía que el destino de los acusados estaba sellado.

Sin embargo, la trama judicial dio un giro inesperado. En julio este año, la propia fiscalía, propuso un juicio abreviado para uno de los imputados, J.A.G., pero recalificando la acusación a una mucho más leve: tenencia simple de estupefacientes. Ya en ese momento, el fiscal advertía que la acusación original de comercio “no guardaría correlato” con las pruebas y que para una condena se necesita un nivel de “certeza” que, evidentemente, empezaba a flaquear.

Uno de los procedimientos que se hizo por esos días y una captura de uno de los grupos donde estaba el agente revelador. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

El golpe de gracia para la causa llegó poco después, cuando la Fiscal Ad-Hoc, Virginia A. Haggi, tomó el expediente y, en un dictamen que cambió el rumbo del proceso, solicitó el sobreseimiento total y definitivo para los tres implicados. El argumento de la fiscal fue lapidario: toda la acusación se sostenía únicamente en la intervención del agente revelador.

El Tribunal, al analizar el caso, no pudo más que coincidir con la fiscalía. La sentencia, firmada por el juez Mario Gabriel Reynaldi, detalló las falencias de la investigación: no se hicieron peritajes en los celulares de los acusados, no se realizaron allanamientos en sus domicilios para buscar más droga o elementos de corte y fraccionamiento, y ni siquiera se filmaron las entregas pactadas con el agente.

Finalmente, este viernes, el Tribunal Oral Federal resolvió sobreseer a T.S.C. y A.A.F. por el delito de comercio de estupefacientes y a J.A.G. por tenencia simple, dejando constancia de que el proceso no afecta “el buen nombre y honor del que hubieren gozado”.

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