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La rápida reacción de un vecino y la oportuna intervención de los bomberos evitaron que un incidente eléctrico se convirtiera en un siniestro de mayor magnitud. En la mañana de este jueves, personal de la División Cuartel Uno de Bomberos de la Policía de Santa Cruz acudió de urgencia a un galpón de Río Gallegos, tras un llamado que alertaba sobre un principio de incendio.

Al arribar al lugar, los efectivos constataron que las llamas ya habían sido sofocadas por el propio dueño del inmueble, cuya rápida acción impidió que el fuego se propagara y provocara daños mayores. “Vi el humo y no lo dudé: agarré lo que tenía a mano y empecé a apagarlo”, relató el propietario, todavía con la adrenalina del momento.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo saber que, si bien la situación parecía controlada, los bomberos procedieron a remover escombros y a realizar una inspección minuciosa para asegurarse de que no quedaran brasas incandescentes que pudieran reavivar el fuego. La verificación confirmó que el lugar era seguro y que no había riesgo de reignición. Afortunadamente, no se registraron personas heridas.

Las pericias iniciales indicaron que el siniestro se originó por una contingencia eléctrica. Este tipo de incidentes, explicaron desde la fuerza, suele producirse por sobrecargas, instalaciones en mal estado o conexiones improvisadas. “Revisar el cableado y asegurarse de que las instalaciones estén en condiciones es clave para evitar accidentes”, advirtieron desde la Superintendencia de Bomberos.

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