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En la gélida noche del viernes en Río Gallegos, cuando el termómetro obliga a encender salamandras, estufas y hogares a leña para combatir las bajas temperaturas del invierno patagónico, un llamado de alerta movilizó a los bomberos de la División Cuartel 24° de la Policía de la provincia de Santa Cruz. La alarma se originó en el cruce de las calles 19 y 66 del Barrio Bicentenario, donde vecinos preocupados reportaron una posible situación de incendio.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo saber que, al llegar al lugar, el personal especializado confirmó que no se trataba de un foco ígneo activo ni de una situación de riesgo inmediato, sino de una considerable emisión de humo proveniente de una salamandra utilizada para calefaccionar el hogar. Si bien no hubo que lamentar daños materiales ni personas lesionadas, el episodio encendió una señal de alerta sobre el uso responsable de estos sistemas de calefacción tan comunes en la región.

Los bomberos brindaron asesoramiento in situ a los propietarios de la vivienda, explicándoles las medidas preventivas necesarias para evitar situaciones que puedan poner en riesgo tanto a los habitantes como a sus vecinos. Recalcaron la importancia de realizar un mantenimiento periódico de las salamandras, limpiando los conductos de ventilación para evitar obstrucciones que impidan la correcta salida del humo. También enfatizaron la necesidad de mantener una distancia prudente entre los equipos y cualquier material inflamable —como cortinas, muebles, ropa o productos de limpieza—, además de garantizar una adecuada ventilación de los ambientes, especialmente para evitar la peligrosa acumulación de monóxido de carbono, un enemigo silencioso que cada año se cobra vidas en distintos puntos del país.

 

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