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En una gélida madrugada patagónica, cuando la ciudad aún duerme envuelta en silencio y escarcha, un llamado al 911 encendió las alarmas en el barrio Bicentenario IV. A las 4:05 de este viernes 27 de junio, una dotación policial de la Comisaría Séptima acudió con urgencia a una vivienda ubicada en la intersección de las calles 82 y 15, donde se había declarado un principio de incendio. La rápida respuesta de los bomberos evitó que el hecho pasara a mayores, aunque el susto entre los vecinos no fue menor.
Al llegar al lugar, los efectivos constataron que personal del Comando de Patrullas y una dotación del Cuartel 24° de Bomberos ya se encontraban trabajando intensamente para sofocar el fuego, que amenazaba con propagarse en una vivienda aún en etapa de construcción. Según informaron fuentes oficiales, las llamas se habrían originado por una maniobra fallida de calefacción que, en contacto con material inflamable, provocó el foco ígneo.
Durante el procedimiento, se procedió a ventilar el ambiente mediante la apertura de ventanas, para disipar el humo acumulado en el interior.
Pese a lo temprano de la hora y a las bajas temperaturas que reinaban en ese momento —propias de un invierno crudo como el santacruceño—, la intervención fue ágil y precisa. El personal bomberil logró controlar la situación en pocos minutos, evitando que las llamas se extendieran a estructuras vecinas o alcanzaran mayor magnitud. Como medida complementaria, se procedió a ventilar el ambiente mediante la apertura de ventanas, para disipar el humo acumulado en el interior.
En una escena marcada por la tensión pero también por la eficacia del operativo, se hizo presente una ambulancia del Centro de Salud San Benito. Los profesionales de la salud revisaron preventivamente a una persona que se encontraba en el interior de la casa al momento del incidente. Afortunadamente, no presentaba lesiones ni fue necesario su traslado al hospital.
Minutos después del control total del siniestro, se apersonó el propietario del inmueble, quien se hizo cargo del lugar una vez culminadas las tareas de seguridad y peritaje. Las actuaciones realizadas en el lugar incluyeron la elaboración de un acta de constatación por parte del personal interviniente, donde quedó asentado que el incendio fue producto del contacto de una llama libre —probablemente de un mechero o calefactor rudimentario— con material combustible. El episodio dejó como saldo solamente daños materiales menores, sin víctimas ni consecuencias graves.
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