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La obra de tendido de gas que se desarrolla en el barrio 22 de Septiembre de Río Gallegos, destinada a mejorar la calidad de vida de más de 800 familias, fue blanco de actos vandálicos durante los últimos días.
Personas desconocidas dañaron cañerías ya instaladas y atacaron la maquinaria utilizada para los trabajos, rompiendo vidrios y generando pérdidas que retrasan el avance de la construcción.

Jorge Fabatia, jefe de obra de la empresa ejecutora Chimen Aike, explicó que los caños de polietileno de alta densidad (PEAD) de 2,50 de diámetro fueron perforados con clavos y martillos. “Lamentablemente pareciera que hay gente que no quiere que se termine la obra, perjudicando a cientos de familias de Río Gallegos”, manifestó con preocupación.
El proyecto contempla la colocación de más de 12 kilómetros de cañerías y la instalación de la red troncal y los ramales domiciliarios, que permitirán a los vecinos contar por primera vez con gas natural en sus hogares. Esta obra es clave para dejar atrás la dependencia de las garrafas y garantizar un servicio más seguro, económico y permanente.
Según pudo saber La Opinión Austral, los trabajadores de la empresa registraron los primeros ataques durante esta primera semana de agosto cuando encontraron vidrios rotos en la maquinaria. Sin embargo este viernes el atentado tuvo consecuencias mayores porque descubrieron que utilizaron clavos para perforar los caños que debían utilizarse para extender al red de gas natural unos 12 kilómetros.
Rubén Aranda, propietario de la empresa contratista, se mostró enojado en las redes sociales: “Río Gallegos era una ciudad sin odios. Pero vaya saber que mentalidad diarreica hizo esto que se ve en la foto. Llevarle Gas Natural a los que no tienen y no tienen posibilidad alguna de hacerlo por sí mismo es un verdadero Acto de Justicia Social. Igualmente Chimen Aike SA terminará la obra y le llevará buenas noticias al Barrio 22 de Septiembre en el Barrio San Benito”, aseguró.
En diálogo con La Opinión Austral, Aranda dijo que garantizará la finalización de la obra pero se mostró preocupado por el clima social que se vive en el país y desde hace un tiempo en Santa Cruz. “El lunes pasado cuando vimos algunos vidrios rotos en maquinaria, que para reponerlos tenemos que traerlos de afuera, pensé que eran chicos con la gomera y ya el viernes vimos que habían dañado los caños”, relató.
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