Un adolescente perteneciente a la comunidad zíngara, un oficial de policía y un delincuente resultaron heridos de bala como consecuencia de un violento asalto ocurrido ayer en la madrugada en el barrio General Paz de esta ciudad. El menor fue baleado en el interior de la casa a la que ingresaron tres integrantes de una banda que, luego de mantener un feroz enfrentamiento con igual número de policías, fueron reducidos y detenidos.

* Corresponsalía Caleta Olivia

Si bien aún resulta difícil describir los confusos sucesos por la manera vertiginosa en que se produjeron, en base a informes parciales La Opinión Austral pudo establecer que comenzaron alrededor de las 03:20 en una casa de planta baja ubicada en la esquina de las calles Beauvoir y Rosario Vera Peñaloza, a pocas cuadras del microcentro.
Es una zona del barrio General Paz donde se concentran varias compraventas de automóviles que pertenecen a la comunidad zíngara, y en el domicilio de referencia vive una familia de apellido Demetrio.
A la hora indicada, amparándose en la oscuridad, ingresaron tres sujetos que luego serían identificados como Luciano Zúñiga, Matías Reynoso y Fernando Oviedo, todos ellos residentes en esta misma ciudad.
Indistintamente, estaban armados con una pistola calibre 9 milímetros (con numeración limada una pistola calibre 22 y un revólver calibre 22.
Además, llevaban un ariete con manijas, elemento de hierro con el que asestaron varios golpes a la cerradura de la puerta a la cual en pocos segundos lograron abrir y sorprender al dueño de la casa, a su mujer y al hijo de ambos, de sólo 14 años de edad.
La familia fue amenazada de muerte y los delincuentes habrían alcanzado a arrebatarle una suma de dinero estimada en 30 mil pesos.
En esas circunstancias uno de asaltantes le disparó al menor hiriéndolo en la cadera, aunque no está claro si ello ocurrió porque el menor intentó alguna resistencia.

Enfrentamiento con policías
Cuando escapaban de la casa fueron sorprendidos por una comisión de tres policías de la Comisaría Seccional Primera que, a bordo de un patrullero, realizaba una ronda de vigilancia rutinaria por la zona.
Los uniformados, un oficial y dos suboficiales, habían sido alertados desde la oficina de guardia de la misma dependencia por el llamado de un vecino que había visto a los tres individuos cuando golpeaban con el elemento contundente la puerta de la casa de la familia Demetrio.
Los pistoleros escapaban por la calle Damevin y no habían avanzado más de veinte metros cuando se encontraron de frente con el patrullero, cuyo personal descendió de inmediato y les dio la voz de alto.
Lejos de acatar la orden, dispararon al menos tres balazos contra los policías y uno de los proyectiles hirió al oficial inspector Daniel Angulo en su pierna izquierda a la altura del muslo.
Los dos suboficiales repelieron el ataque con sus armas reglamentarias y se produjo un fuerte enfrentamiento, en el cual uno de los asaltantes, Luciano Zúñiga, fue alcanzado por una bala causándole una herida transfixiante de pelvis, según lo confirmarían más tarde las autoridades del Hospital Zonal.

Detuvieron a los tres
Zúñiga cayó al suelo con su arma, en tanto un segundo individuo también fue detenido, pero antes (no se pudo precisar si era Oviedo o Reynoso) arrojó su arma a un terreno baldío.
El tercero logró escapar a toda carrera en dirección a la calle Perón, mientras era perseguido, al tiempo que iban llegando otros móviles patrulleros.
Minutos después, los policías lo hallaron oculto en el patio de otra vivienda, pero antes había desechado su arma, arrojándola junto a un nicho de gas.
Previamente, el padre del adolescente herido llevó a su hijo en los brazos a la guardia del Hospital Zonal, distante unas dos cuadras de la casa donde residen. Más tarde la Dirección del nosocomio confirmó que había recibido una herida de bala a la altura de la cadera y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, recuperándose favorablemente.
Del oficial herido, pudo saberse que la bala -que sería de 9 milímetros- le fracturó el fémur izquierdo y había perdido mucha sangre, por lo cual a través de medios radiales se solicitó la presencia de dadores.
Al cierre de esta edición se barajaba la posibilidad de que fuera trasladado a un centro de mayor complejidad de Buenos Aires, pero ello iba depender de la evolución del cuadro clínico.
Los otros dos heridos también permanecían anoche internados en diferentes salas del nosocomio, en tanto que los delincuentes que resultaron ilesos fueron alojados en calabozos de diferentes comisarías a disposición de Juzgado de Instrucción N° 2, a cargo del doctor Gabriel Contreras, pudiéndose además saber que la Policía incautó el dinero sustraído a la familia gitana que estaba en poder de uno de los asaltantes.

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