Un aberrante caso de abuso sexual se debatió en las instalaciones de la Cámara Oral de Río Gallegos en la jornada de ayer y durante el mismo, el agresor sexual culpó a la víctima por los hechos que se le imputan.

La causa, que llegó a las instalaciones del Poder Judicial en la calle Malaspina al 40, daba cuenta de los agravantes del caso: “Abuso sexual gravemente ultrajante, con convivencia preexistente, en concurso real con acceso carnal -dos hechos- agravados por la convivencia”.

Más allá del aspecto jurídico del expediente, La Opinión Austral conoció detalles del caso: una chica de 10 años de edad había sido sometida a una serie de vejámenes durante unos tres años por parte de quien era su tío, un hombre de apellido Landriel que en ese entonces tenía unos 25.

El infierno que vivió la víctima comenzó en 2010 y terminó en 2013, luego de la denuncia, siendo violada reiteradamente por su tío. Según se pudo establecer, compartían vivienda en la zona céntrica de la capital de Santa Cruz junto al resto de la familia.

Tras la exposición, el hombre huyó a Villa General Güemes, provincia de Formosa, y recién el año pasado fue detenido por la Policía, tras un exhorto que enviado por la Cámara Oral para dar con el paradero de Landriel.

El debate se realizó en horas de la mañana de ayer en las instalaciones de la Cámara Oral. El tribunal estuvo compuesto por los jueces Joaquín Cabral, Jorge Yance y Diego Lerena. Quien veló por los derechos y garantías de Landriel fue el abogado Jorge Trevotich. El representante del Ministerio Público Fiscal fue Iván Saldivia. No hubo parte querellante.

Landriel usó su derecho a declarar y responsabilizó a la víctima por los vejámenes a los que fue sometida cuando tenía entre 10 y 13 años y él ya era mayor de edad, indicaron fuentes judiciales consultadas por LOA.

El debate fue extenso, ya que declararon familiares de la sobreviviente y la defensa presentó a algunos allegados a Landriel que darían cuenta de que era “una buena persona”. El testimonio más importante fue el de la víctima, quien juntó coraje y contó el calvario que vivió cuando era chiquita.

Para la Fiscalía, no se pudo acreditar el agravante de “gravemente ultrajante” y cambió la carátula a: “abuso sexual simple en continuado (por los tres años) y abusos sexuales agravados por acceso carnal -dos hechos- por las violaciones. Por ello, solicitó una pena de 12 años de prisión. Por su lado, Trevotich pidió la nulidad del juicio y la absolución de su pupilo. La sentencia se conocerá el próximo martes.

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