El Gobierno provincial emitió un comunicado, firmado por todos sus ministros, donde dio su versión respecto del episodio que protagonizó el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso. “Sabía y conocía en detalle cada paso de la organización del desfile, llegó al acto central del 25 de Mayo casi una hora y media tarde. Repetimos: una hora y media más tarde“, y añadieron: “Como todos pudieron ver, decidió entrar por la fuerza, acompañado por más de un centenar de funcionarios y militantes que comenzaron a los gritos, con el objetivo de interrumpir el acto institucional que comenzó, tal como estaba previsto, a las 09:15 con el izamiento del pabellón nacional, al que el intendente faltó.”
“También faltó a la celebración ecuménica prevista para las 9:30, en la que, con generosidad de espíritu y unidad en la fe, los representantes de la iglesia católica y las iglesias evangélicas, entregaron su reflexión y bendición. El intendente tenía reservado su lugar junto al resto de los jefes comunales, pero quiso subir en pleno uso de la palabra del gobernador de la provincia, al palco donde estaban las autoridades de las Fuerzas Armadas, del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo provincial”, subrayaron. “Su agresión verbal y física fue acompañada por un grupo de militantes que quisieron tapar con gritos, empujones, intentos de subirse por la fuerza y por los costados al escenario, a la voz del gobernador que pronunciaba su discurso”, dijeron.
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