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La Federación Económica de Santa Cruz (FESC) precisó que la “actividad económica de la provincia registró en septiembre una caída interanual del 12,8%, acompañada por un retroceso del 2,6% en la medición mensual desestacionalizada”.

La entidad que nuclea a las pymes de la provincia y que es representada por Guillermo Polke precisó en el reciente informe que “con esta contracción, el acumulado de los primeros nueve meses del año aún muestra una caída del 0,2%, evidenciando un escenario de contracción generalizado”.

De acuerdo al informe, “se confirma la persistencia de un escenario recesivo. Tras un período de cierta estabilidad en la primera mitad del año, el segundo semestre muestra una pérdida de impulso generalizada, con retrocesos que afectan tanto al comercio como a los servicios”.

Las estadísticas analizadas dieron cuenta que “la recuperación observada en algunos meses previos no logró consolidarse, y el desempeño actual refleja un freno en la dinámica productiva y en la circulación del consumo interno“.

Así se observa la caída de la actividad en los diferentes sectores económicos.

Escenario

Según el organismo económico, la “tendencia predominante es de desaceleración, con empresas que reportan menores volúmenes de venta y una demanda que continúa debilitada”.

Así, “la contracción del gasto de los hogares, sumada a la falta de crédito y a los aumentos de costos, conforma un entorno adverso para la reactivación. En términos generales, el escenario combina señales de resistencia en ciertos rubros con una fragilidad estructural que limita la posibilidad de un crecimiento sostenido en el corto plazo”.

“El desempeño sectorial de septiembre evidenció fuertes disparidades entre las ramas de actividad de la economía provincial. Alimentos y bebidas mostró una nueva caída interanual de -14,2%, prolongando la tendencia negativa observada desde comienzos del año. El consumo masivo continúa debilitado por la pérdida de poder adquisitivo, y los comercios del rubro operan con menores volúmenes de venta y márgenes cada vez más estrechos”.

El “descenso fue aún más severo en calzado, Indumentaria y textiles, con una contracción de -26,7% respecto al mismo mes del año anterior. Este rubro se mantiene como el de mayor deterioro dentro del comercio minorista, afectado por la retracción de la demanda, los despidos y la competencia informal, especialmente de ferias locales y ventas online no reguladas. La falta de incentivos para la inversión y la reducción del empleo profundizan la caída estructural del sector”.

Índice de actividad económica de Santa Cruz, septiembre 2025.

Según la FESC, ” armacia y perfumería fue el único segmento que registró una variación positiva, con un leve incremento interanual de +2,5%. La estabilidad del consumo en productos esenciales permitió sostener la actividad, aunque el contexto sigue condicionado por la inflación, las altas tasas de interés y las demoras en los pagos que afectan la liquidez de las farmacias”.

Por su parte, “ferreterías, construcción, bazar, hogar y muebles retrocedió -10,4%, mostrando señales de desaceleración tras varios meses de crecimiento. La falta de circulante, la caída del crédito y la dependencia del gasto público provincial inciden directamente en la baja de ventas”.

Finalmente, el rubro “servicios —que incluye hotelería, turismo y actividades profesionales— presentó una disminución interanual de -19,3%, una de las más profundas del período. La menor circulación de ingresos, el aumento de tarifas y la contracción del turismo interno siguen restringiendo la recuperación del sector, que enfrenta elevados costos y una demanda debilitada”.

Periodo

En conjunto, los “datos de septiembre reflejan un panorama recesivo generalizado: cuatro de los cinco rubros presentan caídas interanuales significativas, mientras que solo farmacia y perfumería logra sostener un leve crecimiento. La estructura económica provincial se mantiene frágil, con consumo retraído, baja rentabilidad y escasas expectativas de mejora en el corto plazo”.

Asimismo, FESC señaló que “las expectativas empresariales en Santa Cruz se mantienen marcadas por la prudencia y la cautela. Más de la mitad de los encuestados considera que la situación económica de sus empresas empeoró respecto al año anterior, mientras que solo un grupo reducido percibe mejoras. Este balance negativo se traduce en una menor disposición a invertir, en un contexto de elevada incertidumbre, costos financieros crecientes y reducción de la rentabilidad operativa”.

Guillermo Polke, secretario Gremial de CAME.

En materia de inversión, la mayoría de los comercios y prestadores no considera oportuno destinar recursos a nuevos proyectos. El 46,4% afirma que no es un buen momento para invertir, frente a apenas un 23,2% que mantiene una visión más optimista. Los altos niveles de inestabilidad macroeconómica y la falta de crédito condicionan la toma de decisiones, llevando a las empresas a priorizar la contención de gastos y la preservación de liquidez.

Sin embargo, las perspectivas a futuro muestran cierta divergencia. El 46,4% espera una mejora en el próximo año, aunque esta expectativa convive con un 23,2% que prevé un empeoramiento y un 30,4% que no anticipa cambios significativos. Este panorama sugiere que, si bien predomina la precaución, existen núcleos de optimismo moderado vinculados a la posible recuperación del consumo interno y a la estabilidad de precios.

En conjunto, el clima empresarial refleja un escenario de debilidad estructural, donde las decisiones de inversión se postergan a la espera de señales más firmes de recuperación. La comparación con el año anterior muestra un entramado económico más frágil, pero también una actitud de resiliencia entre los actores locales, que buscan sostener la actividad mientras aguardan un contexto más estable y previsible.

 

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