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Según determinó la justicia, los discursos de odio fueron la principal causa del intento de asesinato de Cristina Kirchner, por el cual fueron condenados Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, y aseguró que una parte de los argentinos prefieren descreer de la evidencia y hablar de un “autoatentado” para no enfrentar esta realidad.
Los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari condenaron a 10 años de prisión a Sabag Montiel por el intento de asesinato a Cristina Kirchner, en septiembre de 2022. Su entonces novia, Uliarte, recibió ocho años. Sabag tenía una condena previa por tenencia de pornografía infantil, por lo que su pena fue unificada en 14 años.
La jueza Namer fue la que lideró los fundamentos de la sentencia de 544 páginas. Allí expresó que el ataque no ocurrió en el vacío, sino que fue la consecuencia directa de un clima de violencia política y discursos de odio que funcionaron como una “causal necesaria” para que los imputados -luego condenados- pasaran del dicho al hecho.
El fallo advirtió que la construcción de un “enemigo común” a través de redes sociales y medios de comunicación generó un escenario donde la eliminación física del adversario político pasó a ser vista por los condenados como un acto de justicia o heroísmo.
El contexto
Cabe recordar que el lunes 22 de agosto del 2022, un grupo de militantes políticos, sociales y estudiantiles mantenían una vigilia cerca del domicilio de la exmandataria, en el barrio porteño de Recoleta, para demostrarle su apoyo. El sábado 27, cientos de personas marcharon en la capital argentina, para protestar por un vallado policial en torno a la vivienda de la vicepresidenta, mandado a colocar por el Gobierno de la Ciudad de Buenos, encabezado por el entonces opositor Horacio Rodríguez Larreta, de Juntos por el Cambio.
En el marco de esas tensiones, y en medio de una multitud que se manifestaba nuevamente en el lugar, el jueves 1 de septiembre, en horas de la noche, Fernando Sabag Montiel, de 35 años, gatilló un arma cargada con cinco balas, una Bersa 380, a pocos centímetros del rostro de la exmandataria. El revólver no funcionó, pero el intento de homicidio conmocionó a la Argentina y fue condenado por casi todo el espectro político del país y también a nivel internacional.
Los discursos de odio
Son cualquier forma de comunicación (oral, escrita o de conducta) que ataca o emplea un lenguaje peyorativo y discriminatorio contra una persona o un grupo, basándose en su identidad, con el potencial de incitar a la violencia o a la intolerancia. En ese contexto, se utilizan prejuicios, estereotipos negativos o etiquetas reduccionistas para desvalorizar, estigmatizar, deshumanizar o criminalizar a un colectivo vulnerable.
Pero no son solo expresiones de odio individual, sino que tienen el potencial de crear un clima de hostilidad, discriminación y violencia, y pueden socavar la paz social y la democracia. Incluso, hasta la Defensoría del Público viene advirtiendo a los medios de comunicación respecto de este tema para no propagarlos ni contribuir a generar los mismos.
Las Naciones Unidas, en tanto, consideran que discursos de odio son cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento que sea, un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o con un grupo sobre la base de quiénes son. Con información de La Nación.
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