Una mujer de 61 años, diagnosticada con cáncer en el riñón izquierdo, ha presentado una denuncia por mala praxis contra dos médicos y un sanatorio privado en la ciudad de Puerto Madryn, provincia de Chubut. La sentencia del caso se dará a conocer en los próximos días.

Según informó el Diario Jornada, el juicio civil por daños y perjuicios ha sido llevado ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Número 14. Los acusados son el urólogo Jorge Bresser, su médico colaborador Martín Piana, y el centro médico donde tuvo lugar la intervención.

La paciente, identificada como Aída Suhurt, acudió a una consulta de rutina con su médico de cabecera, el Dr. Bresser, quien le indicó una ecografía abdominal. Tras los resultados, el doctor informó a la paciente sobre la presencia de cálculos en la vesícula y un quiste en el riñón izquierdo.

Ante esta situación, se decidió realizar una tomografía computada helicoidal de abdomen con contraste oral y endovenoso. Los resultados revelaron la presencia de un tumor y, siguiendo la recomendación de su médico, la mujer se sometió a una cirugía de extirpación del tumor el 27 de abril de 2017.

Aída Suhurt de 61 años, diagnosticada con cáncer en el riñón izquierdo, ha presentado una denuncia por mala praxis contra dos médicos y un sanatorio privado en la ciudad de Puerto Madryn.

La intervención programada era una nefrectomía total del riñón izquierdo. Sin embargo, cuando la paciente despertó en su habitación después de la cirugía, notó molestias en la zona derecha del abdomen. Al consultar al médico, la paciente afirma que recibió respuestas evasivas tanto por parte del médico como del resto del equipo médico involucrado.

Ante la insistencia de la paciente, finalmente se le reveló que le habían extirpado el riñón derecho en lugar del izquierdo. Según el abogado defensor de la paciente, Nicolás Schick, “El Sanatorio de la Ciudad SRL es responsable por ser la Institución de asistencia médica donde sucedió la incorrecta extirpación, ya que tiene la obligación tácita de brindar seguridad por intermedio de los facultativos del cuerpo médico“.

La paciente ha sufrido la pérdida de un riñón sano, ya que le fue extraído un órgano sin alteraciones que funcionaba correctamente. Esto ha provocado una pérdida de armonía corporal y un grave riesgo para su salud. Según el abogado, este error se cometió a pesar de los estudios médicos previos, sin el consentimiento informado y en contra de la práctica quirúrgica programada.

Además, el abogado agregó: “No se intentó reimplantar el órgano de inmediato cuando los médicos se dieron cuenta del error durante la extracción. No se puede intervenir ambos riñones en un solo abordaje quirúrgico. Todo esto revela vicios, deficiencias, errores, imprudencias, inobservancias y negligencias, no solo en el error de diagnóstico, sino también en la falta de información adecuada y suficiente para la señora Suhurt“.

Como consecuencia de la mala praxis, la mujer ha tenido que iniciar un tratamiento psicológico para hacer frente a su nueva vida con un órgano dañado dentro de su cuerpo. Además, no ha podido retomar su rutina anterior, que incluía practicar yoga tres veces por semana y trabajar en la panadería familiar junto a su esposo e hijo, cuando aún estaba sana.

El caso ha sido llevado a juicio oral en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Número 14. Durante su declaración, el urólogo acusado presentó un escrito a través de su abogado, admitiendo que se había extirpado el riñón sano debido a la presencia de un tumor que no había sido detectado en ninguno de los estudios previos realizados a la paciente.

El documento presentado por la defensa afirmó: “Si bien es cierto que se realizó una nefrectomía total del riñón derecho, no es menos cierto que esta se encuentra plenamente justificada en base al estado de necesidad en el que tuvo que actuar el médico, en virtud de lo aquí manifestado“.

El veredicto del juicio determinará las responsabilidades y consecuencias legales para los médicos y el sanatorio involucrados en este caso de mala praxis médica. La paciente y su familia esperan que se haga justicia y que esta experiencia traumática sirva para evitar que otros pacientes sufran situaciones similares en el futuro.

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