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El 17 de febrero de 1922, cinco trabajadoras sexuales se negaron a atender a los soldados del Ejército Argentino que habían fusilado a obreros en las Huelgas Patagónicas. “Asesinos! ¡porquerías!”, “¡con asesinos no nos acostamos!”, gritaban mientras los echaban con palos y escobas cuando éstos intentaron meterse al lupanar.
Maud Foster (inglesa), Ángela Fortunato (argentina), Consuelo García (argentina), María Juliache (española) y Amalia Rodríguez (argentina) eran esas cinco mujeres que trabajaban en “La Catalana”. El acto de rebeldía y sus nombres fueron recuperados por el historiador Osvaldo Bayer en el libro “La Patagonia Rebelde”.

Poco se sabe de qué sucedió con cada una de ellas luego de haber sido detenidas, llevadas a la comisaría y posteriormente, liberadas.
Maud Foster fue la única que regresó después de algunos años a Puerto San Julián. Falleció el 2 de noviembre de 1968, a los 78 años. Sus restos descansan en el cementerio local.


“En un sencillísimo y breve momento en el cementerio local, la Comisión por la Memoria de las Huelgas del 21, Seccional San Julián dijo presente!!!”, agregó, la sanjulianense quien junto a Silvia Alfaro visitaron la tumba y dejaron flores en el marco de un sentido homenaje.
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