En el mes de noviembre, vecinos del barrio Ayres Argentinos alertaron la presencia de un gato con vida, atrapado en la trampa de un paredón de una casa.

Se comunicaron con Control Animal para que fueran a rescatarlo y poder así evaluar su estado.

Alejandro Cheuqueman.

Este jueves, en declaraciones a LU12 AM680, el director de Control Animal de la Municipalidad de Río Gallegos, Alejandro Cheuqueman se refirió al estado del gato que resultó atrapado en una trampa de zorro: “En este momento Carolina Echeverría, del grupo denominado ‘Narices frías, amigos de cuatro patas’, lo tiene en situación de tránsito porque se entiende que control animal tiene caniles. Sería peligroso tener un gato en resguardo junto con perros, se crearían más problemas”, argumentó.

Asilo momentáneo

Sostuvo que los problemas que surgen con gatos son aislados. “De nuestra parte, se trabajó en  el lugar con el acta de inspección y retiro del gatito que estaba en esas condiciones. Le realizamos las primeras curaciones y cirugías, posteriormente amerita hacerle una segunda cirugía operación para terminar de cortarle una extremidad a la espera de un mejor resultado”.

Dijo que las tareas se hicieron en forma conjunta entre Control Animal y la Fundación. Respecto a las actas, fueron entregadas a la Comisaría Séptima por encontrarse en esa jurisdicción, “ahora está en manos de la Justicia porque entregamos la trampa con la formalidad que corresponde”.

Irresponsable medida

Ante la peligrosidad de que un vecino cuente con este tipo de artefactos que pueden afectar a otros animal o un niño, reconoció: “Creo que a veces no miden el grado de peligro ante la posibilidad de que así como el gato, algún chico durante un juego, escale el paredón de la obra en construcción. Que se trate de un animal no significa que haya que restar importancia. No correspondía que ese artefacto estuviera en ese lugar, no sé con qué necesidad o con qué condiciones los pone. Si lo hacés pensando en que te pueden entrar a robar, ponés una alarma, cámaras. Tenés mucha tecnología a disposición”.

La intención de daño fue consciente: “Hasta el momento no se presentó nadie a hacerse cargo, ni del gatito ni de la propiedad del lugar. Son cosas que uno no entiende la maldad de la gente o la forma en la que actúa. Repito, se trató de un animalito pero, hay que ser bastante desconsiderado”.

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