Durante la tarde de ayer, por un compromiso laboral, Lerena no pudo despedirse personalmente de Horlando, el último paciente. Sin embargo, emocionado por la noticia explicó que el personal del hospital forjó un vínculo con él “que estuvo muchos días hasta que finalmente el test le dio negativo”.

Si bien la novedad del alta del último paciente con Coronavirus  generó enorme felicidad por lo simbólico, el director del Hospital de Río Gallegos recordó al de Isolda, la mujer de Las Horquetas, como un caso memorable. “La imagen que no me voy a olvidar nunca es la del doctor Rubio y el kinesiólogo acompañándola a las 3 de la mañana mientras estaba conectada al respirador. El proceso de recuperación con los kinesiólogos, médicos y enfermeros implicó mucho estrés. El día que se fue de alta fue emocionante. Por toda la carga que conllevó es que nos sentimos victoriosos”.

 

En el hospital no tenemos casos ya. Nos pone muy contentos. También se dieron altas en Caleta Olivia”, aclaró y destacó la conducta de los riogalleguenses a la que calificó de loable.

 

 

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