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Después de su regreso, a fines de marzo, tras casi tres meses de estar derivada en Buenos Aires, la vecina solidaria de Río Gallegos, Graciela Suárez, tiene que viajar nuevamente para realizarse estudios médicos.

“Ya va a ser un año que estoy con este problemita de salud, primero me estuvieron tratando en Río Gallegos, después me internaron, pasé las fiestas en el hospital y de ahí fui derivada de urgencia a Buenos Aires. Me fui en enero y estuve hasta fines de marzo”, repasó en diálogo con Radio LU12 AM680.

Después de haber estado internada en Río Gallegos, Graciela Suárez estuvo tres meses en Buenos Aires.

En total, tuvo siete cirugías. “Primero, me habían detectado, supuestamente, una infección urinaria, después cuando me hicieron un estudio con contraste saltó que tenía infectado un riñón y eso estaba generando más infección. Entré a quirófano varias veces, pero no me podían operar porque era tan grande la infección que no podían tocarme. Cuando llegué a Buenos Aires, el doctor me dijo: ‘Si hubieran tardado una semana más, nosotros no te salvábamos'”, recordó.

Graciela debió tomar antibióticos, hasta que pudieron ingresarla a quirófano.

“Me pusieron una doble J, que es una sonda para que drene, porque el riñón estaba blanco, todo pus, me  tenían que drenar todo eso”, señaló. Más adelante, la operaron con dos láser. “Cuando me hacen esta operación, que fue con un láser por debajo y otro por la espalda, al chocar los láser para romper las piedras  pegadas al riñón y otra que estaba en la uretra, me perforan un riñón, eso complicó un poco más las cosas. Me tuvieron que llenar de sondas, estuve con convulsiones, mucha fiebre“, completó.

“Tendría que haber vuelto el 16 de de junio a Buenos Aires para que me hagan un estudio”.

Finalmente, cuando se realizaron todas las operaciones necesarias, recibió el alta de la internación y permaneció unos días en hotel, donde presentó fiebre, pero no lo dijo.

En Río Gallegos, continuó con complicaciones.

Tendría que haber vuelto el 16 de de junio a Buenos Aires para que me hagan un estudio para ver si estaban afectados otros órganos y no pude volver por el tema económico. La Caja te cubre tu pasaje y un pasaje del acompañante, el otro pasaje lo tenía que pagar yo. En lo que es estadía, comida y todo eso, se gasta mucha plata. La caja te da 3000 pesos para que desayunes y almuerces”, explicó sobre los motivos por los que relegó el viaje.

“Una de las cosas que me mantiene vital son mis hijos y la fundación. Si bien no estoy trabajando en las calles, sí lo hago en mi domicilio, estamos entregando leche, pan, cuando entra comida”, contó sobre su permanente acción solidaria.

“Me dijeron que la bacteria que tengo en la sangre muta, se puede ir a otro órgano”.

A casi tres meses de la fecha en la que debió viajar, comenzó con dolores. “Me cuesta hacer pis, tengo vómitos”, mencionó. Los doctores le realizaron nuevos estudios y le cambiaron la medicación.

Me dijeron que la bacteria que tengo en la sangre muta, se puede ir al otro riñón, al pulmón u a otro órgano y ahí vamos a estar bastante complicadas”, señaló.

“Lo que estoy viviendo ahora es una alerta bastante importante para tomar la decisión de ir de una vez por todas”, manifestó.

En este contexto, Graciela comenzará a vender rifas y comida para reunir dinero y una vez que sea posible, poder viajar.

 

 

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