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En honor a los 44 héroes del ARA San Juan, el capitán de navío (R) Guillermo Tibaldi continúa avanzando en su travesía a pie hasta Tierra del Fuego.

Este jueves, Tibaldi llegó a Comandante Luis Piedra Buena y en la mañana del día 98 de su travesía, completó 15 kilómetros hacia Río Gallegos, recorrido que pausó para participar del acto de inauguración y descubrimiento de la placa de la réplica del submarino en el Centro de Veteranos de Malvinas “Isla Soledad” de Puerto Santa Cruz.

“Salí el 6 de julio de Mar del Plata, llevo aproximadamente unos 2100 km recorridos, totalmente a pie. He dado 15 charlas en distintos pueblos y ciudades que me han convocado, un poco sobre la vida de submarinista, sobre cómo se maneja un submarino, sobre el trabajo en equipo que siempre sumo tratando de dejar algo a las comunidades por las que voy pasando y, sobre todo, el recuerdo de mis 44 compañeros”, repasó quien fue capitán del submarino en diálogo con radio LU12 AM680.

En Puerto Santa Cruz se inauguró una réplica del submarino.

Reconoció: “Nunca pensé que iba a pasar esto que está pasando, en cada pueblo, en cada ciudad por la que paso hay un evento importante con participación de todas las fuerzas vivas, de los intendentes. Desde que ingresé a la Patagonia es muy claro el sentimiento que hay por mis compañeros y por lo que pasó el submarino que fue tan cercano a la Patagonia“.

“Nunca pensé que iba a tener esta repercusión y bienvenido sea porque esto es un homenaje pensado por un comandante de submarino a sus compañeros y se transforma en un homenaje de toda la sociedad, me enorgullece”, añadió.

Al acompañamiento que le da la Armada y el Área Naval Austral con base en Ushuaia, destacó, “se suma toda la sociedad. Lo que también me impacta es el clima, el frío, el viento, pero para eso estaba preparado, sabía que no iba a ser fácil, soy una persona mayor, pero puedo estar metiendo de 30 a 35 kilómetros por día, lo estoy llevando adelante”.

Además, si bien cuenta con un vehículo de apoyo que lo acompaña, valoró el contacto con la gente de la ruta. “Te aseguro que no hay camionero que pase y que no sepa de mí. Hasta en los pueblitos más chiquitos, siempre hubo gente que me estuvo esperando, me siento muy acompañado, está desde el que me recibe en el pueblo hasta el camionero que ha parado para darme un sándwich de milanesa. Son cosas que te pegan en el corazón”, cerró.

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