Your browser doesn’t support HTML5 audio
Cuando el reloj se acerca a las doce y el silencio previo a la medianoche se cuela en los hogares, hay una voz que, desde hace más de cuarenta años, vuelve a unir a miles de santacruceños. Es la voz de Carlos Saldivia, el locutor que cada Navidad y cada Año Nuevo pone palabras al instante más esperado, ese segundo exacto en el que termina un año y comienza otro, y que en Río Gallegos —y en buena parte de la provincia— ya forma parte de una tradición profundamente arraigada.
Saldivia recuerda que todo comenzó en 1984, en una radio que era muy distinta a la actual. “Empezamos hace algo más de 40 años, en el año 84, acá en la radio, con J.J. Martínez. En ese tiempo la radio era otra cosa”, rememoró. En aquellos años, LU12 AM 680 y LU14 eran las dos grandes referencias radiales de la ciudad. “Había un solo teléfono. La gente mandaba cartas con los saludos, se leían en vivo. Incluso venían hasta la radio para saludar a su familia al aire, algunos pasaban la medianoche con nosotros”, cuenta, con la nostalgia intacta.
Como convive con la tecnología
El paso del tiempo y el avance de la tecnología transformaron por completo la forma de comunicarse. Las cartas dieron lugar a los mensajes, primero al teléfono celular y luego a internet y las redes sociales. Sin embargo, para Saldivia, la esencia sigue siendo la misma. “La tecnología te obliga a convivir con estos cambios. Más que luchar, hay que adaptarse, porque si no quedás fuera del sistema”, reflexionó. Y agrega una mirada generacional: “Hay que acomodarse a la tecnología que usan los más chicos, los más jóvenes”.
A pesar de los cambios, la radio AM mantiene un rol clave en una provincia extensa y con amplias zonas rurales. “LU12 se escucha en toda la provincia, en el campo, en lugares donde la AM sigue siendo el gran nexo. Después de las once de la noche la gente se prende más a la radio, sobre todo los que lo hicieron siempre por tradición”, explica. Esa conexión se vuelve aún más fuerte en fechas especiales, cuando la radio deja de ser solo un medio y se convierte en compañía.
Saldivia destaca también el trabajo en equipo detrás de cada transmisión. “Nos sentimos acompañados con el operador de turno, con David (Álvarez), que hace más de 12 años que está con nosotros. Hay un compromiso, unas ganas de compartir un momento especial”, señala. Porque anunciar la medianoche no es solo una tarea técnica: es un acto cargado de simbolismo. Antes, incluso, una sirena instalada en el edificio de la radio marcaba el inicio del nuevo año. “Hoy las sirenas están grabadas, ya etiquetadas en los archivos, pero sigue siendo lo más emotivo cuando suenan y arranca un nuevo año”, dice.
La emoción, sin embargo, no se agota en lo profesional. Para Saldivia, cada medianoche es también un momento profundamente personal. “Invito a la gente a que se abrace, porque yo también siento que me abrazo con mi familia”, confesó. Y en ese abrazo simbólico incluye a quienes ya no están. “Siento que estoy con mi mamá, que siempre estaba pendiente de la radio, que me está escuchando desde arriba. Siento que mi hermano, que ya no está físicamente conmigo, me abraza. Él venía siempre acá, grababa los fines de año. Tengo todo eso recopilado en cintas”, relata, con una emoción que atraviesa la voz.
En ese cruce entre lo íntimo y lo colectivo, la radio vuelve a cumplir su función más humana: unir. Saldivia lo resume con claridad cuando afirma que, aunque no esté físicamente con sus seres queridos en ese instante, “cada medianoche de Navidad y Año Nuevo sigue siendo muy especial”.
El deseo
Con la llegada de un nuevo año, los deseos también se hacen presentes. Consultado sobre qué le desea a la comunidad de Río Gallegos, el locutor respondió con una franqueza que conecta con el sentir de muchos argentinos. “Hay que seguir aguantando, no queda otra. Poner el pecho a lo que se viene. Tratar de lograr el déficit cero en la economía familiar, que no es tan fácil”, señaló. Y concluyó con un mensaje de fe y solidaridad: “No perder la fe, agradecerle a Dios por tener trabajo los que lo tienen y pedir por los que no lo tienen, para que puedan conseguirlo”.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario